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-Gracias- dijo bajito sentada en la banqueta al lado mío, debo admitir que me asusté mucho al verla comenzar a golpear la pared, creí que pararía pero al notar bien los golpes iban subiendo en intensidad y sus manos estaban a nada de sangrar, las miré y que equivocado estaba, tenía sangre en los nudillos.

-No deberías hacer eso- opiné.

-Nunca lo hago- bajó la mirada y miró sus manos- pero hoy... No sé que me pasó.

-Hay otras maneras de...

-Lo sé, creeme que no soy participe de este tipo de... Acciones- expresó rápidamente- solo perdí el control por un momento.

-Deberías hablar con tus padres.

-Lo haré, gracias, tengo que irme- se levantó abruptamente y avanzó rápidamente.

-Aurora- paró y volteó a verme intranquila- todo estará bien- asintió y se fue saliendo de mi vista de una forma casi instantánea.

Me levanté y miré el cielo, las estrellas ya relucían en el perfecto cielo oscuro, nervioso avancé y acabé casi corriendo, era tarde. Aurora al parecer tenía el mismo problema que yo pues a lo lejos la vi corriendo sosteniendo los audífonos y su celular en la mano.

-Disculpa- una noz me detuvo, era un chico tal vez de mi edad o incluso mayor- la chica que pasó estaba contigo ¿Verdad?

-Ah, si.

-¿Tendrás su número?- abrí un poco más los ojos sorprendido por aquel comentario que disimule agachando la cabeza un poco.

-No tengo mi celular ahora mismo, lo siento- mentira.

-Bueno, te acompaño a tu casa- decidido sonrió pero negué instantáneamente- ¿Por? Oh, de casualidad ¿Es tu novia o algo así?- volteé a los lados nervioso y asentí- oh, lo siento.

-No hay problema, me tengo que ir- el chico movió su mano y me fuí de ahí, en la esquina giré y corrí como si mi vida dependiera de ello.

Llegué agitado así que me recargué en la pared al lado de la puerta y abrí luego de que me encontrara más tranquilo.

-¡Hasta que te dignas a venir!- fue lo primero que escuché, sabía que algo así pasaría- si quieres cenar calienta lo que está en el horno- asentí y avancé directo a mi cuarto.

Me quité los zapatos y me dejé caer hacia atrás.

-¿Novia?- reí un poco- ya quisiera... No, nada de eso- me senté asustado- ¿Cómo puedo pensar esto luego de lo que le pasó?- ¿Estará bien? Fue mi pensamiento antes de bajar a cenar.

-¿Todo bien?- estaba en mi cama mirando algo en le celular cuando mi mamá entró- tardaste mucho, íbamos a buscarte pero quisimos darte tu espacio- como aún traía la sudadera mis manos eran cubiertas por las mangas que me tapaban por completo los nudillos.

-Bueno, no estoy del todo bien- sonreí un poco y apagué el celular dejándolo de lado- hace unos días sentí algo en la noche- bajé la mirada pues sentía qué lloraría, este tema también me tenía mal porque no sabía que pasaba conmigo- me dió un dolor en el pecho pero muy fuerte, como una punzada y después me entró mucha ansia, desesperación... No lo sé, fue tan raro... Y no es la primera vez- las lágrimas bajaron y no pude seguir hablando, comencé a jugar con los bordes del edredón de la cama para calmarme- sentía como si se me fuera el aire y el corazón se volvió loco... Fue horrible.

-Ven acá- me acerqué y me abrazó haciéndome llorar más, me acarició la espalda y por un momento recordé a mi vecino hacer aquello- ¿Cuántas veces a pasado?

GleamWhere stories live. Discover now