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Desperté temprano, siendo antes de las cinco de la mañana me encontraba revisando por última vez la maleta, luego me comencé a arreglar.

Un mensaje llegó a mi celular mientras me peinaba una coleta baja, sonreí y miré por la ventana luego de agarrarme el cabello con una liga. Agité mi mano y él lo hizo igual. Volteó hacia abajo y mi celular sonó con otra notificación.

"Iba a marcar pero ví la luz encendida, voy por ti" puso y asentí, agarré mi celular y lo metí en mi mochila típica de viajes, arrastraba mi maleta en la otra mano.

Abajo mi papá esperaba acostado en el sillón con los ojos cerrados. Me gustaría decir que fui silenciosa pero casi me caigo con la maleta en las escaleras así que mi grito lo hizo brincar y voltear a verme.

—Casi muero, no es broma— dije y comencé a reír— Rodrigo viene para acá— fue lo que dije cuando me controlé.

—Bueno— se levantó y avanzó hacia mi, lo abracé.

—Ya sabes, cualquier cosa que pase nos hablas, vamos a estar al pendiente en todo momento— asentí y me separé, la puerta sonó así que nos acercamos y abrimos.

Era la primera vez que Rodrigo se vestía de una forma tan casual, porque el chico tenía un estilo excepcionalmente perfecto, verlo con un conjunto deportivo azul marino donde letras de color amarillo a la mitad del pecho contrastaban y unos tenis con formas peculiares de diversos tonos de azul en toda su extención, lo hacían ver extremadamente bien pero lo que le daba el toque, era ese gorro negro en el que escondía casi todo su cabello.

Me acerqué y lo abracé, él me recibió gustoso.

—Hola linda— saludó luego de abrazarme, miró a mi padre— buenos días.

—Madrugadas— agitó su mano y me acerqué a despedirme, lo abracé— te estás llevando a mi más preciado tesoro, cuídala bien.

—Como siempre, llegará sana y salva— sonrió y miró mi maleta, la tomó y la puso a su lado— muchas gracias por dejarla ir— tomé su mano y luego de despedirme de nuevo nos giramos y comenzamos a caminar hasta su casa— ¿Nerviosa?

—Mucho— al girar en la esquina logré ver cómo su familia iba subiendo las maletas en su camioneta— te queda bien ese gorro.

—¿En serio lo crees?

—Sí, te vez muy lindo— sonreí y sentí sus labios en mi mejilla— buenos días— saludé a sus padres.

—Hola Aurora, ¿lista?

—Sí, muy lista— Rodrigo subió mi maleta y luego regresó a mi lado.

—Hay una parte de camino complicada, si te sientes mareada o te pasa algo dilo— asentí escuchando con atención, la verdad cuando fuimos a la playa había un camino igual de horrible, eran muchas curvas seguidas— o si quieres parar al baño también— el padre de Rodrigo comenzó a ser un poco más considerado conmigo, parecía que me había agarrado cariño.

—Entendido, gracias— no sabía porque agradecía, él solo asintió y entró en su casa.

—Te quiero mucho, linda— de repente me abrazó y enterró su cara en mi cuello.

—Yo más, Rodri— lo estreché un poco más— ¿Pasa algo?

—Estoy nervioso— separó su rostro para mirarme— eres tan especial que me da nervios lo que puedan opinar de tí.

—Lo sé, da nervios pero al menos saben quién soy— me miró confundido— por la exposición, vieron el video, ¿no?

—Cierto...— su padre comenzó a cerrar la puerta de la casa, así que supuse que era hora de irnos, Rodri dejó un beso en mis labios para después soltarme y dirigirnos a la camioneta— vamos, que nos quedan... 4 horas.

GleamWhere stories live. Discover now