De pérdidas y decisiones

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— ¡Cuidado! —Draco lanzó un protego sobre Percy y Fred Weasley quienes se agacharon al oír el grito de su compañero —¡Están entrando!

Se escuchaban distintas explosiones en la distancia y algunos gritos que llegaban desde el corredor principal. Estaban siendo atacados y, pese a que Malfoy no quería pensar en ello, mucho se temía que, con el ejército que Voldemort había preparado, aquello podría terminar convertido en una masacre.

Hacía más de media hora que la batalla había comenzado y todo se había convertido en un matar o morir. La supervivencia era todo lo que cada uno de ellos tenía en mente desde que las protecciones cayeron.

Después de reducir a polvo la diadema perdida de Ravenclaw con el colmillo de basilisco todo se convirtió en una pesadilla.

Los mortífagos rompieron los escudos de protección que rodeaban el castillo y Hogwarts se transformó en el escenario de una batalla brutal.

Kingsley mandó a los gemelos Weasley junto con su hermano Percy, quien había aparecido en el último minuto, a defender los pasadizos del colegio ya que los conocían demasiado bien y Draco, Blaise y Nott les habían acompañado.

En medio del caos que se había desatado, el trío dorado desapareció y Malfoy, que buscaba frenético a Granger, decidió finalmente que lo mejor que podría hacer era luchar. Durante los meses que pasó con aquellos tres leones, había aprendido que se enfrentaban a las adversidades con más suerte que sentido común, pero les funcionaba y de verdad esperaba que siguiera funcionando en aquella ocasión porque, Merlín sabía, no sería capaz de salir de allí sin Granger.

Su misión parecía una tarea sencilla, no podía ser muy difícil ya que los pasadizos tenían una entrada y una salida y, por ende, los mortífagos únicamente podían estar en uno de los dos extremos. El plan era muy sencillo, les esperarían y, cuando llegaran les harían puré.

Y todo había estado bastante tranquilo hasta que, cinco minutos antes, se desató el infierno.

Una pequeña explosión destrozó la entrada del pasillo en el que estaban Theo, George y Blaise quienes, a gritos, les dijeron que continuaran defendiendo aquel pasaje que ellos tenían un plan B. Draco quiso llorar porque cualquier plan que ideara Blaise Zabinni junto a uno de los gemelos Weasley no podría ser bueno.

Pero no tuvo tiempo de bromear al respecto, un segundo después escucharon voces que se acercaban rápidamente y su mente racional dejó de pensar dando paso a un único pensamiento lógico: Sobrevivir.

—Es Rockwood —dijo Percy que murmuraba hechizos de protección uno tras otro mientras su hermano atacaba a su derecha.

—Está con Carrow —confirmó Draco, quien alternaba hechizos defensivos y ofensivos sin apenas pensar —tenemos que salir de aquí.

—Salgamos del pasadizo — los dos Weasley caminaban de espaldas enarbolando sus varitas sin dejar de usarlas en perfecta coordinación —podemos emboscarles allí, en algún momento tendrán que salir.

Aquello era una jodida ratonera, pensó Draco escuchando nuevas voces que se acercaban a la carrera.

—¡Vamos moveos! —Los tres corrieron y salieron al corredor apoyándose en el muro con las varitas listas—ya vienen —Draco miró a los dos pelirrojos —¿Preparados?

—Nací preparado Malfoy —respondió Fred con una enorme sonrisa.

—También yo.

—Venga ya Perce, tú no naciste preparado, pero como el perfecto prefecto que fuiste hay que darte algo de mérito.

—Soy el listo de la familia Fred, asúmelo.

—Si fueras el listo no irías lamiendo el culo de Thicknesse.

El precio de la redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora