15

346 43 37
                                    

Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "Juegos de Pasión" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.


«Metal. Intruso.»

Sakura estaba alerta cuando sus ojos se abrieron de golpe. Notó que Sasuke despertaba casi en el mismo instante. Al mirarle vio que sus ojos habían adoptado la mirada nocturna; el lobo estaba al mando.

—Psi —pronunció sin apenas emitir sonido alguno.

Sakura asintió con firmeza. No había nada más que tuviera ese olor. Era tan característico como la sangre sobre la nieve, y atravesaba los sentidos de los cambiantes con la dentada brutalidad del metal retorcido. No todos los psi desprendían ese hedor metálico, y la teoría vigente decía que solo se adhería a aquellos que habían sucumbido al Silencio de manera irrevocable..., que habían perdido su alma a manos del frío sin emociones de la PsiNet. Fuera cual fuese la verdad, no había razón para que estuviera allí, en el corazón del territorio de los Akatsuki.

Sakura lanzó una mirada a los chicos, todos dormidos, y tomó una rápida decisión.

—Ve.

Sasuke se transformó y se alejó con sigilo en tanto que ella se acercaba a la tienda de Harley y metía la mano para darle un apretón en el hombro. El chico despertó de inmediato. Sakura se llevó un dedo a los labios y se acuclilló.

—Necesito que montes guardia. Da la alarma si percibes a un intruso.

El chico salió de su tienda sin despertar a su compañero de clan, lo cual decía mucho de él; sus ojos estaban alerta.

—Utilizaré la llamada del lobo.

Segura de que era apto para la misión, Sakura se transformó sin molestarse en despojarse de la camiseta y fue tras Sasuke. El olor metálico era potente, fresco y no demasiado difícil de rastrear, aunque Sasuke hubiera ido delante. Al llegar al final del camino se encontró en un pequeño claro iluminado por la luna, con débiles indicios de pisadas de botas.

Acercó la nariz a la tierra en un intento de encontrar la ruta de escape de los intrusos, pero fue infructuoso. «Teletransportación.» Lo que casi con toda probabilidad significaba que el Consejo —o como mínimo un consejero— estaba involucrado en aquello. Los telequinésicos con capacidad de teletransportarse eran un recurso escaso y, de acuerdo con Gaara, casi siempre se encontraban dentro de las filas del Consejo. Frustrada, levantó la vista cuando Sasuke surgió desde el otro extremo del claro, ya que al parecer había rodeado el área.

Se aproximó hasta que sus hocicos casi se tocaron y meneó la cabeza.

«¡Mierda!»

Sakura se transformó. Tenían que hablar, y era mejor hacerlo allí que en el campamento. De nada serviría asustar a los chicos cuando no había nada que pudiera hacerse en esos momentos.

—¿No hay indicios de un rastro? —Le agarró del pelo mientras le pedía confirmación de su informe no verbal; su pelaje era increíblemente suave bajo la aspereza de la capa protectora superior.

Sasuke negó de nuevo con la cabeza antes de apartarse y transformarse en cuclillas frente a ella; un hombre de estilizados músculos y vivos ojos azules, que brillaban en la oscuridad; el lobo la miraba tras esa piel humana.

—Telequinésicos. —Su voz era grave, profunda, lobuna.

—Eso pensaba. —Tratando de ignorar la forma en que su áspero tono le ponía el vello de punta, extendió los dedos sobre la corta hierba—. ¿Por qué aquí?

Juegos de Pasión.Where stories live. Discover now