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Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "Juegos de Pasión" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.


Sasuke exhaló un suspiro de alivio cuando los rumores del clan le informaron de que Sakura había metido el juguete dentro de su apartamento, y no solo eso, sino que además parecía cabreada.

—Bien —le dijo a Matsuri, molestándola mientras ella intentaba trabajar. Colocó los pies en la mesa que tenía delante y apoyó la espalda contra la consola junto a la de su hermana.

Ella apartó la vista de lo que estaba haciendo en la pantalla táctil.

—¿Bien? ¿Es que te alegras de que la mujer más fuerte y letal de la guarida quiera convertirte en un pincho moruno?

—Se pone en plan gélido —le dijo a su hermana; su lobo gruñía solo de pensar en ello—. Odio que se ponga en plan gélido.

Matsuri hizo una pausa para lanzarle una mirada de sorpresa.

—Sí, yo también. —Interrumpió su tarea durante un segundo y se frotó el puente de la nariz—. Gaara ya no se sale con la suya cuando se pone en plan gélido.

Sasuke recordó lo frío que había sido el hombre psi antes de emparejarse con su hermana.

—¿Cómo lo has conseguido? —A lo mejor podía aprender algo.

—De ninguna forma que quiera compartir con mi hermano —replicó Sakura con una sonrisa pícara.

—Mocosa.

—Gracias.

La sonrisita arrogante de Matsuri hizo reír a su lobo.

—¿Qué tal lo llevas con Gaara aún ausente?

—Regresó hace unas noches. —Frunció el ceño—. Te juro que le arrancaré la piel a tiras si vuelve a hacerlo. Teletransportarse a esa distancia le deja agotado, aunque lo haga poco a poco. Estuvo prácticamente inconsciente durante horas.

Sasuke sabía sin necesidad de preguntar que Gaara se había marchado con tanto sigilo como había llegado. El psi les había enviado despachos desde varios países de Sudamérica donde seguía el tufo de una operación de Supremacía Psi. Ahora estaba seguro de que el grupo, con el respaldo de Asuma, estaba detrás de los transmisores hallados en tierras de los Akatsuki.

—Sabes que puedes acudir a mí para cualquier cosa mientras él esté ausente, ¿verdad? —le dijo Sasuke, apartando su mente de forma temporal de aquella situación.

—Como si tuviera que hacerlo, cuando todo el mundo en el clan me delataría en cuanto tuviera pinta de tener el más mínimo problema. —Pero se arrimó y le besó en la mandíbula antes de retomar su trabajo en la pantalla, borrando y redibujando puntos que parecían ser partes de un complejo diseño informático.

—¿Es esa tu máquina teletransportadora?

Sabía que el proyecto TRYS era la tarea a largo plazo más importante de su hermana. Si un día inventaba un modo de que las personas, no solo los telequinésicos, pudieran ir de un lugar a otro a semejante velocidad, cambiaría el mundo.

—Ajá. —Diminutas arrugas se formaron entre sus cejas—. Ahora que tienes la atención de la teniente —repuso, volviendo a su tema anterior—, ¿qué piensas hacer a continuación?

—No te preocupes. —Le dirigió una mirada arrogante cuando ella refunfuñó contrariada y bajó las piernas de encima de la mesa—. Tengo que mantener una conferencia vía consola con mi equipo y asegurarme de que no hay nada en el territorio que deba poner en conocimiento de Obito.

Juegos de Pasión.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz