♡; t h i r t e e n

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*10 de noviembre de 1996, Seúl, Corea del Sur*

Nuestros días en Busan se terminaron, tan rápido pasó una semana de que estuvimos ahí y recorrimos cada rincón de la que alguna vez fue mi ciudad, pero así como un día despiertas con la mejor actitud del mundo, que hasta desbordas felicidad por doquier, que había sido lo que hasta ahora creía un buen día, dije creía porque lo que mis ojos habían mirado hace unos cuantos minutos se encargó de destruirlo.

Ví a Jimin juntó a una chica, quien lo tomaba de los hombros y sonreía ampliamente, incluso sus ojos eran un par de líneas como resultado de tal expresión.

No, no necesité explicación. Con eso bastó.

Ella debe ser la chica que le gusta a Jimin. ¿Por qué no lo pensé antes?

Ambos reían, pero a mi corazón lo estaba lastimando con la espina de la decepción y la desilusión.

No entiendo por qué me duele, si ya sabía que sería así.

No sé, ¿por qué mi alma siente que le han arrebatado a su mitad, si ya lo sabía?

Sabía que él no podía ser capaz de amarme a mí. Fuí iluso y patético por creer en ello alguna vez, por creer que lo tendría a mi lado para siempre, por creer en sus palabras, en sus mentiras. No sanaría mi corazón, ya no sería el motivo de mi sonrisa, ya no volvería a ser egoísta. Él es un chico normal, con las mismas expectativas que los demás.

No soy lo suficientemente bueno para explicar lo que siento ahora, lo único que sé es que deseo fielmente que se baje de este auto y no me busque más. Todo lo que fue un día que creí estúpidamente perfecto, se acaba de convertir en la peor pesadilla que he vivido.

— Jungkook, ¿qué tienes?

Ignóralo, puedes hacerlo.

— Jungkook.

Vamos, lograrás hacerlo.

— Hey, ¿por qué no me haces caso?

Cállate, sólo cállate.

— Jung...

— No me hables.

— ¿Qué? —susurró.

— ¿No escuchaste? No me hables —dije mientras miraba por la ventana del bus.

— ¿Por qué? ¿Qué te pasa?

— Déjame.

— Está bien.

¡Necesito bajarme de aquí ahora! Me duele el pecho, mi garganta no puede soportar más estas inmensas ganas de gritar y mis ojos no van a contener estas lágrimas por más tiempo. Voy a estallar.

Cuando el autobús llegó a mi parada, no hice más que bajarme sin despedirme, así como toque el asfalto corrí con todas mi fuerzas, hasta mi casa. No lo quería ver, no quería responder ante su llamado, no quiero sufrir por Park Jimin, ¡no quiero!

Abrí la puerta de mi casa, la radio estaba encendida esa era señal de que mi mamá estaba ahí, me preguntó si estaba bien, le mentí. Ella me abrazó y sobó mi espalda, me estaba consolando y no le dije nada, absolutamente nada.

— Si Jimin viene, por favor dile que no voy a aceptar su visita porque necesito estar sólo —sollocé.

— Cariño, ¿qué sucede?

— No puedo decírtelo ahora, mamá por favor prométeme que no lo dejaras pasar y le dirás que se vaya, por favor mamá.

— Lo prometo.

The art of love - Jikook -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora