𝐃𝐑𝐀𝐖𝐈𝐍𝐆𝐒 ➼ 𝐏𝐀𝐌 𝐁𝐄𝐄𝐒𝐋𝐘

O13 | Queso del cielo

Hey... Era muy tarde cuando te vi.

Recuerdo verte en el aparcamiento, completamente sola, mientras todos tus compañeros abandonaban el lugar con sus coches y tú solo mirabas a tu alrededor, como si buscaras a alguien de entre toda la gente que había allí y temo que sea a él a quien busques.

Sé cómo te miraba y sé cómo le mirabas, así es cómo se ven entre sí los enamorados y así es como creo que te veo.

Y, sinceramente, ¿cómo no hacerlo?

Eres guapísima, pero la luz de la luna te iluminaba de tal manera que te hacía parecer un ángel en la Tierra.

Maldigo a esa bola que parece un trozo de queso y que está en el cielo por hacerte ver de esa manera tan celestial.

Como odio sentirme así por alguien, pero es inevitable.

Harper, cansada y con ganas de volver a casa, salió con rapidez del edificio en el que trabajaba, encontrándose de frente con el pequeño y delgado cuerpo de la mujer que le gustaba, haciéndola sentir confusa por las horas que eran y la posible razón por la que se podía encontrar allí; no era muy común que Beesly se quedara hasta tarde trabajando, y mucho menos que estuviera sola.

Quiso preguntarla, tal vez interrumpir sus pensamientos si es que estaba envuelta en ellos, pero al ver que tenía los auriculares puestos pensó que era mejor mantenerse callada y simplemente dejarla en paz.

Pam no se cercioró de que alguien se había colocado a su lado gracias a los auriculares que estaba usando y que la permitían mantenerse aislada del mundo, pero fue su impaciencia la que la hizo mirar a ambos lados y saltar del sitio cuando vio el alto cuerpo de la pelinegra que tenía cara de póker.

Para no parecer maleducada, y tal vez mantener una conversación, se quitó los cascos y detuvo la reproducción de su música, mirando en dirección a la mujer que había a su lado.

— Hola — saludó la castaña —, siento no haberte dicho nada, no me había dado cuenta de que estabas aquí.

— Buenas noches — dijo de vuelta la pelinegra —, no te disculpes, no quería molestar tu momento de tranquilidad con tu música.

Un repentino silencio envolvió a ambas y, a pesar de que no habían hablado mucho con anterioridad, se sintieron bastante cómodas al lado de la otra, siendo algo sorpresivo para Pam.

— Creo que hablamos hace unos días, ¿verdad? Aquí mismo — señaló la recepcionista con cierto entusiasmo, sonriendo en dirección a la otra mujer.

— Si — afirmó Harper —. ¿Has salido tarde hoy? Cuando salgo de trabajar por la noche, no suelo verte con tus compañeros.

— Si, Michael nos ha hecho quedarnos más tiempo — comentó Beesly, asintiendo —. Estoy esperando a que mi novio me recoja, aunque se está retrasando un poco, ¿tú también esperasa algún colega?

— No — negó la vendedora —. Puedo irme, pero me niego a dejar sola a alguien en la calle esperando, podría pasarte algo.

Pam, aunque quiso recriminar aquel comentario porque podía defenderse y estar completamente sola, no quería abandonar el momento que estaba pasando con Harper y, si bien esta última no le daba mucha conversación y de alguna manera la hacía recordar a Dwight por lo poco expresiva que había sido en las pocas interacciones que habían tenido desde que se habían conocido, había algo en su corazón y en su mente que la pedía que no se alejara, que simplemente disfrutara el momento que estaba teniendo con la pelinegra.

Harper, por otro lado, estaba a punto de explotar por los aires debido al nerviosismo que asediaba su cuerpo mientras agradecía interiormente a que Alex no estuviera presente, ya que de esa forma habría quedado en ridículo, principalmente porque habría señalado que Pamestaba a su lado o que estaba más roja que la guitarra eléctrica que habían recibido esa misma mañana.

— Ahí está — señaló la recepcionista mirando en dirección al coche que llegaba al aparcamiento y se detenía frente a ellas —. Gracias por quedarte.

— No es nada — murmuró Harper con seriedad, frunciendo levemente el ceño —, pasa una buena noche y que conduzca tu chico con cuidado.

Ambas mujeres se sonrieron por un breve instante a modo de despedida antes de que cada una siguiera su camino.

— ¿Es nueva en el curro? — Preguntó Roy una vez su novia se montó en el coche, sin saludarla al verse embelesado por la mujer que acababa de ver.

— ¿Qué? — Cuestionó extrañada Beesly, mirando a su pareja con una sonrisa.

— Esa, la que estaba contigo — respondió él, haciendo un gesto con la cabeza a la pelinegra que se dirigía a su coche al otro lado del aparcamiento —. ¿Es compañera tuya?

— No, es de la tienda de música que hay abajo de la oficina — comentó Pam —. Es una amiga, ya hemos hablado unas cuantas veces.

— Pues está como un queso.

Aquellas palabras, si bien con sus amigos habrían sido motivo de gracia, en ese momento hicieron daño a Pam e, interiormente, sabía que si Roy decía eso mismo delante de Harper hubiera recibido un gran puñetazo o al menos un insulto porque, efectivamente, Harper lo habría hecho, pero no por ella, sino por la falta de respeto que había supuesto para la preciosa recepcionista que no era capaz de amar como se merecía.

¡Holis! ¡Traigo nuevo capítulo!

Me encuentro muy animada, llena de amor y muy cansada :D

Muy animada porque es viernes y el cuerpo lo sabe.
Llena de amor porque he leído unos cuantos fanfics bonitos (guiño guiño, sabes que eres tú porque te lleno la caja de comentarios hasta la saciedad, guiño guiño), porque quiero hacer algún OS de Pam en mi libro multifandom y... No sé, simplemente la música también tiene su efecto.
Cansada porque llevo desde las 9 de la mañana comprando y no he parado hasta las doce :)

Me duelen los talones, help.

Bueno, espero que os haya gustado es nuevo capítulo y... Si, Roy da asco, pero a parte de eso, lo importante es que lo hayáis disfrutado y... Hasta el martes que no voy a publicar y ya estoy ansiosa porque quiero publicar el final AAAAAAAA

En fin, gracias uwu y pasad un buen fin de semana.