Problemas a la vuelta de la esquina.

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Yoshiwara, Edo.

Por los pasillos de una casa, una de las encargadas se encontraba caminando en una dirrección recta, lucía algo molesta.

Al momento de llegar abrió las puertas corredizas de golpe, encontrándose a la Oiran Warabihime pintándose los labios con un pincel.

— Todo empezó justo cuando llegaste tú a este lugar ¿A cuánta gente hiciste que desapareciera? ¿Se puede saber que es lo que haces a escondidas? — Alzando la voz en lo último dicho, le molestaba mucho su presencia en este lugar.

Warabihime volteó y una leve sonrisa se formó en sus labios carmín, dejando ver sus dientes en los cuales habían colmillos. Se levantó de dónde estaba y caminó hacia la muchacha y las puertas se cerraron...

Pasaron menos de 2 segundos cuando se volvieron a abrir, Warabihime salió de la habitación, pero la muchacha no. Buscarás por dónde buscarás no la encontrarías en ningún lado.

Yoshiwara, Tokyo.

— Con que está es la casa Ogimoto ¿Eh? — Diría un muchacho con una cara algo tonta, como si estuviera pasado de copas.

Este y otro tipo entraron a la Casa.

Por otro lado.

Makio aún se encontraba de rodillas y con sus extremidades envueltas en fajas.

— Vamos, responde Makio...

Por fuera de esta habitación se encontraba Inoko mirando unas escaleras que daban paso hacia un pasillo con muy poca iluminación, por lo que decidió subir las escaleras para ver si podía encontrar algo de información.

Con Zenko.

Está misma se encontraría caminando por los pasillos con un aura de aburrimiento total alrededor de su cuerpo.

— (Ya ni se quién soy, ni a qué vine a este lugar, se supone que tengo que buscar a una de las esposas de Uzui, pero no consigo nada, ni siquiera una mención de las 3 y aprender a tocar el Koto y el Shamisen no va a ser de mucha ayuda ¿Que puedo hacer? Estuve pendiente a todo lo que decían pero no conseguí nada, hace 2 días falleció la esposa del dueño, las personas están deprimidas y no hablan mucho) — Zenko se detuvo en medio pasillo para ver si había algo interesante que escuchar.

— Pásame eso.

— Me falta el Obi.

— Tengo hambre.

Cuando escucha un sollozo de una de las chicas de la casa. Eso alarmó a Zenko quien se puso serio/a

— Esto es terrible, hay una chica llorando.

En la Casa Ogimoto.

Inoko se acercaba a paso lento pero el demonio de las Fajas se pudo dar cuenta de ello.

— ¿Hmm? Viene alguien, la gente de Ogimoto es muy metiche — Diría algo fastidiada por eso.

— (Tengo que hacerle llegar el mensaje como sea, Tengen-Sama...)

De repente, las fajas que sostenían sus brazos la levantaron del sueño para que más fajas la agarraran del torso. Sentía bastante apretado el agarre en su abdomen, estaba claro que sí hacia algo que a la demonio no le parecía la mataba sin más.

Un Nuevo CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora