Kyoka Jirou.

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Desastre.

Vieras por dónde vieras todo era un desastre.

Escombros, casas medio cortadas, destruidas por completas, el suelo lleno de cortes gigantescos, todo era un maldito desastre.

Tanjiro estaba boca arriba y con pedazos de muro encima de su torso, de su frente caía la sangre al igual que una fina vara de metal le atravesó el hombro izquierdo. Estaba inconsciente y con muchas heridas y contusiones por todo su cuerpo.

Zenitsu estaba casi igual, boca abajo y con bastantes escombros aplastando su espalda, la sangre caía de los orificios de su nariz y de la cortada que tenía en su mejilla izquierda, al igual que su compañero estaba inconsciente.

Inosuke estaba enterrado en una pila de escombros, lo único que se veía eran sus dos manos saliendo a los lados mientras aún sostenía sus espadas.

Izuku logró protegerse así mismo y a Ankoku, hizo lo que pudo para tratar de minimizar el daño que recibirían sus amigos, pero una de aquellas fajas logró cortar el látigo debido al agotamiento extremo del héroe. Este no se encontraba inconsciente, bueno, realmente no le faltaba mucho para estarlo, debajo suyo tenía a la chica de ojos claros desmayada al igual que los demás. El peli-verde sacó débilmente sus Látigos para moverla de dónde estaba, por qué de todos modos no quería mancharla con sus gotas de sangre.
Una vara de metal casi logra perforar su abdomen, aunque de todos modos si atravesó al chico quien estaba a una altura mayor que Ankoku quien yacía en el suelo.

Gota trás gota fue cayendo en el pálido rostro de Ankoku, puesto que aún el chico no lograba moverla con sus Látigos, estaba demasiado cansado, su cuerpo pesaba un montón, y ni siquiera sabía dónde estaba su espada.
Después de por lo menos unos 2 minutos el chico logró sacarla de los escombros, ahora venía lo más difícil, sacarse la vara y no morir en el intento.

Su Haori estaba más que destrozado, incluso sus mangas no eran más que tiras colgantes, tenía agujeros por doquier, quemaduras, suciedad, cortes, básicamente de todo.

El de cabellos verdes movió con esfuerzo sus extremidades superiores y así agarró aquella vara que lo atravesó.

- Agh... Mierda, como duele - Se quejó de aquel dolor que recorría todo su cuerpo.

No era tarea fácil, ya que encima de él tenía mucho más escombros que probablemente lo iban a aplastar.

La altura era considerablemente alta, sus botas de su traje de héroe no llegaban a tocar el suelo por completo, solo lo rozaba, y aveces.

Su vista era demasiado borrosa, y aún sentía aquel dolor en sus ojos tras su pelea con Daki, tomó con fuerza la vara ensangrentada, manchando sus blancos guantes con su propio líquido, gruñó ante el dolor, y se fué deslizando por aquella vara de metal, apenas iba por la mitad y no sabía si seguir o no. Sus pies ya tocaban el suelo, los sentía pesados, cansados, y sobretodo muy débiles.

Se detuvo unos momentos, realmente le costaba mucho sacarse ese metal del cuerpo, respiró agitado, estaba demasiado agotado, y el estar atravesado no ayudaba mucho.

- Ahh... Mierda.

Agarró con fuerza la vara y empezó a deslizarse nuevamente, la perdida de sangre en toda esta pelea y el hecho de estar ayudando sin parar le estaba cobrando factura a su cuerpo. Ya faltaba poco para quitarse aquel fierro, la prueba de esto era el goteo constante de la sangre del Peli-verde, quien arrugó el entrecejo por el esfuerzo y el dolor que sentía.

Después de el gigante esfuerzo logró salir de aquel fierro, el chico no pudo aguantar su propio peso y cayó como plomo al suelo, desde ahí vió la larga vara de metal manchada de su propia sangre.

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⏰ Last updated: Sep 10, 2023 ⏰

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