Promesa Ininterrumpida ( Terminando)

Capítulo 19 : Por favor, no llores

Hayato cerró la puerta de la habitación de los niños tan silenciosamente como pudo. Suspiró mientras se dirigía a la suya. Se detuvo en la... habitación de su padre debatiendo si quería ver cómo estaba. No pudo evitar preguntarse cuál era el estado actual de su padre. Esa mujer había usado su peculiaridad con él nuevamente, por lo que cualquier progreso para recuperar su humanidad se habría ido por el desagüe. Cuánto, sin embargo, era la pregunta.

Cuando había dejado salir a su padre antes de que tuviera la humanidad suficiente para superar la parte salvaje de su cerebro. Podía mantener una conversación y moverse cómodamente por la casa, pero aún tenía hábitos animales. Comía con las manos, por ejemplo, pero eso era algo menor y podía pasarse por alto fácilmente. Su padre le gruñó un par de veces si se acercaba demasiado, pero el hombre se disculpó rápidamente cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Un poco más de descanso de su peculiaridad y él habría sido normal. Habría vuelto a ser su padre.

Hayato realmente esperaba que ella no hubiera empujado hasta donde lo salvaje superó la razón. Su padre era más aterrador así. Por mucho que odiara admitirlo, su padre era más fácil de manejar si era completamente salvaje o si ambos lados eran iguales. Si era completamente salvaje, mantener la calma y evitar el territorio era la mejor manera de hacerlo. Sobornar con comida también funcionaba para controlarlo. Igual razón y feral era un poco más difícil, pero Hayato sabía qué signos detectar. Sabía las señales para cuando necesitaba conversar como si estuviera hablando con una persona o con un animal.

Hayato suspiró de nuevo y siguió caminando hacia su habitación. Cerró la puerta con un suave clic y se metió en la cama. Se aseguró de poner una alarma para que todos pudieran estar listos para cuando tuvieran que salir. Odiaba esto. Odiaba tener que actuar así.

Extraño cuando las cosas eran normales.

Hayato se dio la vuelta y se obligó a dormir. Mañana iba a ser un día completo después de todo.

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"Despierten, ustedes dos". Izuku se despertó. No había dormido mucho, así que realmente no quería levantarse todavía. "Vamos, traje el desayuno". Izuku se dio la vuelta ante eso. Hayato estaba parado entre las dos camas sosteniendo una gran bolsa marrón. Él le estaba sonriendo.

"Hola, buenos días, Izuku. ¿Hambriento?" Izuku se sentó y se frotó los ojos. Asintió con la cabeza y se apoyó contra la cabecera. Hayato sacó un recipiente de plástico de la bolsa y lo colocó en su regazo.

"Aqui tienes. No estaba seguro de lo que te gusta, así que lo elegí al azar. Espero que esté bien. A Fumiko realmente le gusta eso, así que pensé que era una opción segura". Izuku miró el tazón tratando de ver qué tipo de comida era. No podía decirlo, pero olía muy bien. Tomó los utensilios que sostenía Hayato y los probó. Estuvo bien. Sonrió y siguió comiendo. Hayato se acercó y comenzó a despertar a Fumiko.

"Vamos, Fumi. Tengo tu favorito. Me levanté temprano y fui en bicicleta hasta lo de Asuka para conseguirlo". Izuku observó levemente divertido cómo Fumiko comenzaba a moverse lentamente. Ella se quejó y gimió hasta que Hayato la sentó a la fuerza. Ella hizo un puchero.

"¡Nii-san!"

"Lo sé, pero ella quiere salir hoy, recuerda. Come, se despertó hace un rato y querrá irse una vez que esté lista. Ella durmió hasta tarde, así que esperé para despertarlos". Fumiko frunció el ceño por un segundo antes de animarse y mirar el tazón frente a ella.

"Es esto...?" Hayato asintió con la cabeza y Fumiko sonrió.

"¡Sí!" ella animó en voz baja. Ella no dudó en indagar. "¡Ha pasado tanto tiempo!" Izuku sonrió y siguió comiendo. Le alegró ver a Fumiko genuinamente emocionada. Rápidamente terminaron sus comidas y se cambiaron. Fumiko fue al baño y Hayato ayudó a Izuku a elegir un atuendo.