Capítulo 35

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Mi cuerpo se queda rígido cuando escucho mi nombre, levanto mi cabeza viendo que era Mía, entonces respiro algo aliviado.

-¿Qué haces aquí? Sabes que los alumnos no pueden estar por aquí al menos que no sean mandados, como te pillen te van a castigar - la recuerdo acercándome a la puerta y mirando de reojo la sala de castigos donde podría seguir su madre.

-Lo se, solo quería verte he pedido ir al baño ya se que dijimos que no podría pasar nada en la escuela pero... - se muerde su labio. - Quiero hacerlo en los baños solo de pensarlo me pongo caliente - no es mala idea si es con ella pero con lo que ha pasado con su madre se me corto un poco el rollo.

-Tenemos que hablar - le digo serio viendo como ella frunce su ceño.

-¿Qué pasa? ¿A que viene ese cambio tan repentino? - me pregunta.

-Mía tu madre esta en la sala de castigados - bajo mi voz, va a hablar pero no la dejó. - Escúchame puso la excusa de querer hablar conmigo por ti pero cuando fuimos a hablar se me tiro al cuello por más que parezca sorprendente me pidió que me la tirara en la sala - Mía echa un paso hacia atrás mirándome sorprendida.

-¿Lo dices enserio? - me pregunta un poco en shock.

Asiento despacio con mi cabeza.

Ella entonces camina hasta la sala de castigados abriendo la puerta fuerte sin llamar.

Yo me acercó quedando a una distancia viendo que su madre seguía y estaba arreglándose su falda larga.

Rápido entró cerrando la puerta cuando Mía va a hablar.

-No, dime que esto no es lo estoy pensando y lo que me dijo Ares - le dice molesta a su madre.

-Mía - habla su madre sin esperarla. - ¿De que hablas? - se hace la tonta.

-¡No me tomes por tonta! - levanta un poco su voz Mía. - Ares me acaba de decir que pusiste de excusa hablar con él sobre mí, solo porque quieres tirártelo - mira su ropa negando con su cabeza.

-No valla a decir que eso no es cierto señora, me conozco su juego quiere estropear lo que tengo con su hija fuera del centro - la advierto cuando veo que se lo iba a negar mintiendo.

-Da igual que mienta estaría pecando, además te colocaste mal la falda - contesta Mía mirando a su madre con asco. - Has caído muy bajo intentando tirarte a mi novio - resalta la palabra mi novio. - ¿Ahora quien es la ramera? - la madre la mira sorprendida.

-No me hables así jovencita, sigo siendo tu madre - le contesta molesta.

-No, lo dejaste de ser desde hoy como yo deje de ser tu hija él mismo día que me estuviste viendo follar con Ares - sonrió viendo como Mía se estaba enfrentando y no se estaba callando nada. - Te gusto , ¿verdad? Te gusto como Ares me lo hacía y quisiste que yo fueras tú por eso has venido hoy aquí - niega con su cabeza. - Papa no se merece esto, educándome toda la vida siendo buenos cristianos y mira tú no eres ni cristiana ni nada, yo por lo menos entregue mi virginidad al hombre que amo y me enamore de él y solo me acuesto con él, pero no voy bajándome las bragas a cualquiera y más si fuera al novio de mi propia hija, me das asco - su madre le mira cabreada y a la vez apenada.

-Encima que vengo para que deje de chantajearte - Mía rápido la corta.

-¡No me esta chantajeando deja de mentirte a ti misma! - me pongo por delante cuando va a golpearla.

-Váyase de aquí ahora mismo - la digo molesto.

Ella se enrabieta soltando maldiciones para coger su bolso y acercarse a la puerta.

Un Profesor Sexy Where stories live. Discover now