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Verte en un mar de lágrimas cuando llegó a casa fue suficiente para que se quebrara, corriendo, envolviéndote en sus brazos. "¿Qué ha provocado todo esto? Dime qué ha pasado para que pueda ayudarte, por favor".
"Siguen con lo mismo Joon, mi celular no para de recibir mensajes de odio, nunca se dan por vencidos", sollozaste, agarrándote al cuello de su camisa.
"¿Cómo es que no me escuchan? Ya está, si les he pedido amablemente que paren, quizás la próxima vez no sea tan amable", suspiró, gimiendo de frustración porque esto seguía.
Su mano recorrió reconfortantemente tu espalda, "¿por qué todos me odian tanto Joon? ¿Qué he hecho que esté tan mal aparte de amarte?"
"Ya sabes cómo son algunas fans, creen que les pertenezco, pero no es así, te pertenezco a ti", te aseguró, apretándote un poco más.
Suspiraste, "pero por qué no pueden alegrarse por ti, no entiendo por qué creen que tienen algún tipo de derecho sobre ti", te quejaste.
"Yo tampoco, supongo que nunca lo sabremos. Por suerte para mí, te tengo a ti".
"Sólo voy a tener que aceptar el odio", te aseguraste, pero él negó con la cabeza.
"No lo harás. No dejaré que esto ocurra, por mucho tiempo que pase, les haré ver lo increíble que eres, y que ninguna cantidad de odio cambiará mis sentimientos."
"Conseguiremos que se acabe, ojalá, algún día".
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|Kim Seokjin|
Su corazón se rompió cuando te encontró acurrucada en la cama, con las rodillas metidas bajo la barbilla. "Nena, ¿qué te pasa, por qué lloras?" Preguntó frenéticamente, sentándose a tu lado.
"Todo el odio Jin, se está volviendo demasiado, no puedo soportarlo más", sollozaste, sintiendo que sus brazos te rodeaban con fuerza la cintura. "Es simplemente implacable".
"Sabes que debes ignorarlo, ¿no? Todo lo que dicen es mentira, sus opiniones son irrelevantes, lo que importa es lo que piensan de ti los que te quieren", aseguró.
Levantaste la mirada, mientras el acariciaba tu mejilla. "Es que es tan difícil ignorarlo cuando hay tanto, ¿y si tienen razón? Las cosas que dicen, ¿y si es verdad?".
"Absolutamente no. Te quiero, y pienso mucho en ti, esos mensajes de odio son un montón de basura, no saben nada de ti".
Te levantó, apretando tu espalda contra su pecho. "Decían que era un asco, que no te merecía y que estarías mejor si me fuera".
Su cabeza tembló, "eres increíble, estaría perdido sin ti, te necesito en mi vida".
"Sólo me gustaría que se tomaran las cosas con calma a veces", suspiraste, apoyándote en su pecho.
