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Diste vueltas en la cama toda la noche, incapaz de conciliar el sueño. Su cama había sido tu cama durante el último mes o dos, pero había algo diferente esta noche, no era tu cama en casa.
"Cariño, ¿qué está pasando?" Frunció el ceño cuando te oyó revolverte y se volvió para mirarte. "Dime qué te ronda por la cabeza, ¿por qué no puedes dormir?".
Sintiéndote culpable, te giraste hacia él. "Tengo mucha nostalgia, intento dormir, pero no puedo. Algo no está bien, no sé por qué".
"No pasa nada", te consoló, tirando de ti hacia él. "Se te permite sentir nostalgia a veces, por muy bonito que sea esto, sé que en el fondo no es como tu hogar".
Levantaste la vista y le diste un suave beso en la mejilla. "Aquí me siento como en casa, pero por alguna razón esta noche me cuesta dormir".
"¿Bajamos un rato? ¿Tomamos una taza de té y nos olvidamos de la cama?" Te propuso.
Tú asentiste, levantándote rápidamente de la cama. Los dos se dirigieron escaleras abajo, instalándose en el salón, tumbados en los dos sofás.
"Deberías haberme despertado antes, yo también conozco la nostalgia, la siento en las giras, igual que tú aquí".
"Ya estoy bien, no hay por qué preocuparse".
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|Kim Seokjin|
Entró por la puerta principal y te encontró tumbada en el sofá viendo uno de tus dibujos animados favoritos. Suspiró suavemente y se tumbó a tu lado.
"¿Sientes nostalgia? Te preguntó: "Sé que no es agradable, pero pronto volverás a casa y podrás ver a todos, ya falta poco".
Asentiste, apoyándote en su cuerpo, sintiendo su brazo envolverte. "Me gusta estar aquí, pero hay días en los que lo único que quiero es irme a casa".
"Lo entiendo, no es fácil estar lejos de casa", te recordó, besando la parte superior de tu cabeza. "Quizá podamos ver algunas de estas juntos".
Soltaste una risita, negando con la cabeza. "Ni siquiera los entiendes, ni sabes lo que está pasando. ¿Cómo vas a ser capaz de ver alguno de estos?".
"Aprendo rápido", afirmó con valentía, "y puedo quedarme aquí para abrazarte mientras miras, si eso te hace sentir mejor".
Asentiste, cayendo sobre su pecho, sus dos brazos te rodearon fuertemente, manteniéndote segura en su abrazo.
"Sólo recuéstate aquí conmigo y eso ya me hace sentir un millón de veces mejor. Eres mi hogar ahora mismo, no quiero estar en ningún otro lugar".
