Todo en su mundo era trabajo, alguna salida de una noche con alguna mujer y de nuevo trabajo; un hombre con un gran ego y estricto al parecer, el lo llamaba ser profecional. A su edad había conseguido todo su éxito, bloqueando toda relación familiar...
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Manos de Kim se aferraron a su cintura, podía escuchar sus jadeos muy cerca de él, mientras empujaba profundo en sus embestidas. Podía sentir como sus grandes manos lo cubrían tan bien, le encantaba la forma en que se aferraba a su cintura como evitando que escapase. Jungkook no tenía planeado hacerlo, no cuando Kim se hallaba entre sus piernas, embistiendo tan profundo mientras sus labios hacían de las suyas con su cuello.
Jeon no podía parar de gemir ante la deliciosa sensación, lo bien que se sentía Taehyung dentro de él. Tanto placer que solo podía abrir más las piernas por sí solo para Kim, mientras sus brazos se aferraban a la amplia espalda que lo cubría, apenas podía abrir la boca para recibir algo de aire. Taehyung estaba estimulando tan bien sus adentros, sentía su miembro quemarle y rosar sus paredes interiores de una manera exquisita.
No podía detener sus propios gemidos, no cuando Kim alcanzó a toca ese punto dentro de sí, solo para repetir el movimiento y ser certero ahí. Golpeando tan profundo, llenándolo por completo.
– Ah, señor Kim, por favor más – gimió entre jadeos de ambos.
– Por supuesto, pequeño – lo escucho decir con esa habitual voz grave que descontrolo todo en sí.
Movió agitadamente sus propias caderas para recibir más, deseaba esto, el placer en su cuerpo, sentirlo dentro de sí, embistiendo tan bien su punto.
Se movió más que pronto giro y callo fuera de su cama, despertando de su loco sueño.
– Mierda – se dijo asustado, ni el golpe fue capaz de distraerlo al verse en esa situación. Trago en seco al ver una erección en sus pantalones, lo peor era que recordaba claramente que la había provocado – Agh, ¿qué me pasa? – cubrió si rostros con frustración, estaba tan avergonzado.
¿Cómo pudo siquiera venir eso a su cabeza?
Se levantó corriendo al baño. Su respiración agitada y sus manos temblorosas no se hallaban muy bien. Se sentía estúpido, culpable y mal consigo mismo. Había tenido un sueño húmedo con el señor Kim.
Era terrible.
Se relamió los labios deshaciéndose de su ropa y dejar caer el agua fría, pero no parecía funcionar, lo pensó mucho antes de llevar sus manos a su miembro e intentar tocarse. Se sentía estúpido con esta situación.
Se mordió los labios al comenzar a masajear su propio miembro, dejando su cabeza recostarse sobre la pared y cerrando los ojos para sobre llevar el momento. Pero nuevamente su mente volvió a hacerle una mala jugada al posicionarlo de nuevo en ese sueño en que el principal protagonista era el hombre de la siguiente habitación.
Era una mala jugada, pero se sentía perfecto, su cuerpo reaccionaba al recordar la manera en que Kim lo había estado tomando, como empujaba dentro de él, sintiendo el pene del hombre llenarlo cada que entraba y salida de su interior. Claro, en su sueño.
