06. the training

2.2K 233 11
                                    

capítulo seis
'el entrenamiento'
· • ───────── ٠ ✤ ٠ ───────── • ·

ARRIBA, JOVENCITA, NO ES HORA DE DESCANSAR. ─ Decía su padre en un tono demandante mientras la empujaba con un palo de madera gruesa.

La chica, por otro lado, se encontraba tirada en el pasto del bosque cercano a su casa, jadeando fuertemente mientras miraba el cielo que estaba despejado y claro, tratando de regular su respiración ya que estaba agotada.

─ Padre, por favor. ─la joven de pelo azul pasó su mano por su frente, quitando su sudor.─ Dame un respiro, estoy muy cansada.

─ ¡Levantate! ─ Le dio un ligero golpe con su palo,  haciendo que su hija soltara un jadeo de dolor. ─ ¡No te he estado entrenando todos estos años para que sigas siendo una niñita débil y fragil! ¿Crees qué cuándo estés peleando con ellos te darán un respiro? ¡Claro que no! ¡Ahora levántate y pelea! ¡¿Cómo es posible que no aguantes unos cuantos golpes?!

─ ¿Unos golpes? ─ La peliazul se levantó molesta del pasto, quitándose la suciedad de sus brazos. ─ ¡Hemos estado entrenando desde las seis de la mañana y no me has dado ni siquiera un descanso, ya son las cuatro de la tarde, padre! ¡No he podido comer absolutamente nada!

─ Debes ser fuerte, cuando estés en el castillo nadie tendrá piedad ni compasión contigo. ─su voz siempre era fría cuando hablaba con su hija, como si ya no hubiera rastros de aquel padre amoroso y atento que alguna vez existió.

─ ¡Lo sé, lo sé! Pero estoy muy cansada, me gustaría tomarme una ducha, comer algo ¡y descansar una hora si es posible! ─retiró algunos mechones de cabello de su rostro, los cuales se habían escapado de su cola de caballo.

─ Recuerda cuál es tu deber, tu destino, recuerda que haces esto por tu madre.

─ ¡Ya lo sé! ─hizo énfasis en cada palabra.─ Sé que estás molesto, yo también lo estoy, he hecho lo que me has pedido todo estos años y estoy haciendo mi mayor esfuerzo, ¡pero a mi madre le gustaría que yo estuviera alimentada y descansada!

Últimamente la adolescente y su padre peleaban demasiado, no podían tener un entrenamiento tranquilo ya que vivían gritandose, terminando en que la chica empezara a llorar diciendo que extrañaba a su madre y que quería volver a su vida de antes.

─ Cuando llegaste a la puerta de nuestra casa con una nota diciendo que serias la salvación de todos y que debiamos entrenarte, supimos que era una bendición. ─la chica suspiró, sabiendo a dónde se dirigía tal discurso de su padre, se lo sabía de memoria.─ Eres una enviada de Dios, estás aquí para protegernos y acabar con todos esos monstruos, ¿acaso no lo entiendes?

Ciertamente no lo entendía, porque ella seguía siendo una niña y le habían colocado un gran peso en sus hombros desde su niñez.

─ Mirate, tienes grandes poderes,  poderes que puedes usar para el bien, para que todos vivamos en tranquilidad, a tu madre le gustaría que fueras la heroina de este pueblo. ─dió unos pasos hacia ella, quedando cerca.─ Estas haciendo todo esto por ella, recuerda eso, recuerda que quieres hacer justicia en su nombre.

La chica simplemente suspiró rendida; hablar de su madre siempre sería su punto débil.

Ella había crecido en una familia pequeña en el campo, sólo eran sus padres y ella, se crió con demasiado amor por parte de ellos, su padre era un ex soldado del reino y su madre era una panadera, la cuál aveces hacía que su hija la acompañase a su lugar de trabajo, quedándose todo el día con ella, enseñándole repostería ya que la pequeña estaba fascinada con los muffins con chispas de chocolate y las tartaletas. A sus padres nunca les importó que ella no fuera su hija de sangre, ya que, lastimosamente, la señora nunca pudo quedar en estado, así que cuando alguien tocó a su puerta y se encontraron a una bebé en un canasto con una nota, supieron que era una bendición de Dios, quién había escuchado a sus súplicas.

STRANGE ━━ enhypenWhere stories live. Discover now