Crear con pluma y papel,
es una satisfacción para sus pupilas. Cada trazo, cada centímetro, cada figura, lleva a una gran obra.
Park Jimin y Min Yoongi tienen más de una cosa en común.
"Al final, las almas gemelas se encuentran porque tienen el mi...
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El vuelo hasta Jeju duró una hora con diez minutos.
Fue gracioso como los señores de mediada edad los confundieron con recién casados que iban a su luna de miel.
La mujer les felicitó en la entrada del hotel y el hombre le daba uno que otro consejo como veterano en una relación de años a Yoongi.
La pareja se despidió ya que era su último día en el hotel.
Sin esperar más y arrastrando sus maletas individuales se acercaron a la recepción e informaron que ya tenían reservación.
—Min Yoongi y Park Jimin, habitación setecientos setenta y nueve—les dijo el recepcionista corroborando la información en la pantalla de la computadora.
—¿No son habitaciones individuales?—preguntó Yoongi desconcertado.
—Por ser época de vacaciones solo ofrecemos una habitación por cliente que pague por adelantado pero, la habitación cuenta con dos camas.
No tuvieron otra opción más que aceptar dormir juntos en la misma habitación pero evidentemente en camas separas.
Marcaron el piso siete en el ascensor y luego buscaron el número de su habitación. Entraron al lugar y dejaron botadas las maletas en medio del gran pasillo para tirarse sobre el colchón.
Ambos habían viajado con ropa de pijama que a la vista podía pasar como un outfit casual así que, no se molestaron en ducharse o cambiarse de ropa. Cayeron en el manto de los sueños, después de todo ya era más de media noche.
Dos horas transcurriendo donde Jimin dormía plácidamente en la cama de la izquierda y Yoongi en la cama de la derecha.
El clima en Jeju estaba frío tras las ráfagas de aíre producidas por las olas y a eso se le sumó una tormenta eléctrica. Los truenos no eran para nada silenciosos, la lluvia caía con más intensidad y el viento producía un ruido tenebroso.
Jimin despertó tras escuchar un fuerte estruendo, su corazón palpitó acelerado por el miedo.
Nunca supo por qué le tenía miedo a las tormentas.
Cuando era pequeño cada vez que había una, se escabullía en la habitación de su padre entre llanto y se aferraba a él para calmarse mientras le abrazaba. Fue así como Jiyong colocó una alarma que le avisaba cada vez que se acercaba una tormenta para decirle a Jimin que durmiese con él.
Porque Jiyong sabía que en una noche de tormenta perdió a Hwasa y quizás el subconsciente de Jimin también.
Comenzó a llorar y a aferrarse a la gruesa sabana para tapar todo su cuerpo de pies a cabeza.
—Jimin—escuchó que Yoongi le llamó pero él no le respondió—. Jimin, ¿estás bien?
—Le tengo miedo a las tormentas—gimoteó bajando la sabana dejando ver sus ojos llorosos.
