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Aquí y ahora

No supieron que qué momento se habían separado y dejado el juego al que le habían arrestado aquellas desconocidas, solo sabían que en ese preciso momento estaban en la cocina a solas besándose con devoción

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No supieron que qué momento se habían separado y dejado el juego al que le habían arrestado aquellas desconocidas, solo sabían que en ese preciso momento estaban en la cocina a solas besándose con devoción.

Yoongi sentó a Jimin en la isla de la cocina y se colocó en medio de sus piernas, le sujetó de la estrecha cintura mientas unas pequeñas manos se aferraban a sus hombros.

Los chasquidos se mezclaban con las risas y música del lugar.

Jimin podía oler el embriagador y posiblemente caro perfume de quien probaba sus labios.

Si alguien se acercaba a la cocina fácilmente iba a ser ignorado.

En ese momento solo eran ellos.

—Mañana llegaré tarde al trabajo—jadeó ladeando la cabeza para que Yoongi besase su cuello, su cuerpo se estremeció de inmediato—. A la mierda el trabajo—perdió la cordura cuando las succiones se hicieron presente.

—También llegaré tarde—bajó a los hombros de Jimin dejando suaves mordidas—, pero no importa.

¿Quién pensaba en trabajar? El trabajo que se vaya a la mierda.

Yoongi metió la mano por debajo de la falda e inició a masajear la fría y suave piel.

Jimin atrajo la cabeza de Yoongi y estampó sus labios con los de él.

No sabía cómo, no sabía por qué, pero le gustaba esos finos labios.

Jamás dejó que los desconocidos le besaran y peor en medio de un posible polvo.

Jimin tenía que agarrase el cabello para que no cubriese su cara o el pelo se mezclaría en medio del beso.

Con la respiración agitada cortó el beso e hizo que la cabeza de Yoongi quedase a la altura de su falda. Él pasó la lengua por el muslo derecho mientras que con su mano jugaba con el elástico de la lencería de Jimin.

Era la primera vez que tenía contacto sexual con alguien que usaba lencería, sabía que lo odiaba en las mujeres pero a Jimin todo le quedaba bien. No veía por completo de color por las luces y la oscuridad sobre la falda pero no le importó porque se sentía tan malditamente bien.

Dio un pequeño mordisco en los muslos internos, Jimin arqueó la espada y tuvo que enredar las piernas en la cadera de Yoongi mientras se aferraba a la espalda ajena.

—Tú piel es tan suave—habló y el aliento calientito fue sentido por Jimin en sus piernas.

Yoongi volvió a enderezarse para buscar los labios de Jimin y le apegó más a él para que sus miembros se rosasen. Jimin movió el cuerpo hacia adelante para restregarse sin pudor sobre aquel gran y formado bulto.

—Vamos a la habitación—le susurró cortando el beso y limpiado la saliva de la comisura de los labios de Yoongi.

—¿Dónde?—preguntó enseguida tras tal propuesta y cargó a Jimin quien tuvo que enrollar mejor sus piernas en la cadera de Yoongi para no caer.

Una noche (YM)Место, где живут истории. Откройте их для себя