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Una cosa que me preocupó fue no escuchar la típica manera de Jungkook de llamarme cada vez que cogía la llamada, y que su "Nanah" saliera sin pregunta, me hizo saber que algo andaba mal, pero todo era irrelevante cuando lo había echado tanto de menos

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Una cosa que me preocupó fue no escuchar la típica manera de Jungkook de llamarme cada vez que cogía la llamada, y que su "Nanah" saliera sin pregunta, me hizo saber que algo andaba mal, pero todo era irrelevante cuando lo había echado tanto de menos.

—Jungkook... ¿c-como estás? —me tembló la voz cuando hablé.

—Bien Nanah, estoy bien, ¿y tú como estás? —preguntó esta vez, él quería saber de verdad como yo estaba, sabía que yo la estaba pasando mal.

—Extrañandote —oí un suspiro de su parte y aproveché para seguir hablando —¿Porqué no me habías llamado hasta ahora? Estaba preocupada y pensé que pasaba algo ¿pasa algo realmente? —pregunté.

—No estás en tu casa, Nanah y yo...

—¿Estás en Corea? —me quedé perpleja ante su confesión y abrí tanto los ojos que me dolieron por el esfuerzo de la sorpresa.

—¿Donde estás tú? —preguntó evadiendo mi pregunta.

—E-Estoy en la casa de Kyujoon pero tu ¿donde estás?

—Estoy en la esquina de tu casa, en la misma de siempre, fui a tu casa pero Hyesu me dijo que no estabas y...

—No te muevas de ahí, estaré en dos minutos ahí ¿vale? —salí del baño lo más rápido posible sintiendo una adrenalina en mi cuerpo que me impulsaba.

Colgué el teléfono a pesar de que quería seguir evacuándolo, pero necesitaba llegar rápido y su voz me desconcentraba. Salí disparada de la casa de los Kim escuchando un grito de Jin preguntando que pasaba pero yo los ignoré a todos corriendo a toda máquina para llegar a mi barrio.

La casa de Kyujoon no quedaba lejos de mi cuadra pero me sentía más cansada que nunca mientras corría, pero el simple hecho de saber que él había vuelto me hacía obviar cualquier dolencia física que sintiera, quería verlo, tocarlo, abrazarlo, besarlo y no soltarlo nunca jamás, lo necesitaba para mi, para mi vida.

Cuando entré a mi cuadra y vi en la esquina su auto mi corazón aumentó de velocidad y no por el cansancio además de que el pulso se me disparó. Jungkook al parecer me vio llegar desde adentro porque salió a mi encuentro y me lancé a sus brazos abrazándolo con todas mis fuerzas y con la esperanza de quedarme sumergida allí para siempre.

Jungkook era todo para mi desde que me di cuenta de que era el hombre de mi vida.

Sus fuertes y prominentes brazos me alteraron contra él fundiendo mi rostro en su pecho y haciéndome pequeña entre él. Su cabeza se rescató a mi coronilla y sus manos sobaron mi espalda. Contuve las ganas de llorar y de también reprocharle por el hecho de que no me avisó que vendría tan repentinamente, pero algún motivo debía de tener.

Lo había echado tanto de menos, su perfume, su tacto... Él.

Nos separamos y levanté la vista para encontrarme con unos ojos realmente preocupados y a pesar de que esta era nuestra bienvenida y reencuentro, algo estaba mal. Incluso obvie el hecho de darme cuenta de su cambio físico, como que se había teñido el cabello de negro como hace algunos años atrás lo tuvo y me dejé guiar por ese presentimiento.

Sinfulness › jjk ✓Where stories live. Discover now