Manchada

797 30 17
                                    

   POV (Tn)

   En este momento estaba demasiado asustada. No sólo había sido secuestrada por un extraño plan de "la manzana de Eva" o como se diga, sino que también los mismos compañeros de clase que consideraba mis amigos ahora son crueles y despiadados conmigo, me humillan de todas las formas posibles mientras tienen oportunidad, excepto Azusa, quien sigue siendo igual a pesar de no dejarme ir en ningún momento.
   Incluso estaba cayendo en la demencia. En las noches escuchaba ruidos y veía cosas donde no las había.

   Lo único que quería hacer era volver a mi hogar, donde estoy a salvo a pesar de no tener toda la atención que requería.

—Dios, por favor, ayúdame a superar esta dura prueba.

   Estaba observándome en el espejo en el instante en el que sentí unos toques en mi puerta.

—¿Sí?

   No tardó mucho en abrirse, mostrando una pequeña melena rubia con una expresión alegre.

—Gatita masoquista~. ¿Estás bien?

   Me sorprendí que haya venido directamente a mi cuarto. Siempre presentaba una actitud arrogante y engreída, casi siempre diciendo que no tenía sentido intentar comprender a alguien tan común como yo. En resumidas cuentas era un hipócrita, pero no me convenía hacerle enojar. No sabía que podía provocar.

—Kou-kun...

   Me levanté y me le acerqué, curiosa de la razón de su visita.

—¿Sucede algo?

   Antes de que me pudiese acercar un centímetro más, un enorme ramo de rosas casi que rebotó sobre mi nariz.

—¡Ta-chan~!

   Me sonrojé un poco por la sorpresa. Era tan grande que el ancho de mis pequeños y pálidos brazos era menor que el de los tallos sujetos por un listón rosado.

—¿Q-Qué es...esto?

   Sonrió, mirándome fijamente con sus iris celestes.

—Es una muestra de acercamiento. Es para tí.

   Dejó el ramo en mis manos con cuidado, percatándome que ninguna de las flores tenían espinas. Fue muy cuidadoso a la hora de seleccionar y cortar cada una de ellas.

—Gracias.

   Acerqué tenuemente mi nariz, revolviéndola con el agradable olor de los colorados pétalos que conformaban tan hermoso regalo.

—Huelen muy bien.

—¿Te gustan?

   Pude sentir un dejo de satisfacción interna en su voz.

—Sí. Son muy lindas.

—¡Qué bien! Entonces...

   Me quedé esperando a que hablase, pero en vez de eso se acercó a mí.

—Me darás un agradecimiento, ¿verdad?

   Y ahí estaba. Era muy extraño que fuese tan amable y atento conmigo sin pedir nada a cambio. Quid Quo Pro, Do Ut Des, Give and Take; diferentes palabras con el mismo significado que tanto representaba a Kou: el negocio o interés de dar algo con el fin de obtener algo a cambio.

—¿E-Eh~?

—¿No estarás pensando que te hice ese regalo sin obtener nada a cambio, verdad?

   Su tono parecía alertante a pesar de que se mantuviese calmado. Iba a retroceder, pero me tomó de la cintura, pegándome a él mientras musitaba una sonrisa traviesa. Intentaba persuadirme para pensar que debía complacerlo, pero ya estaba acostumbrada a ese tipo de palabras.

   Oneѕнoтѕ Dιaвolιĸ Loverѕ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora