Heridas del pasado

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Alessandro se sintió mal al ver llorar tan desconsoladamente aAbril, él no sabía qué decir para hacer que se
calmara, él suspirópesadamente y le dijo.  _Deja de llorar, si lo que deseas es quedarte en este lugarpuedes
hacerlo. Las lágrimas de Abril cesaron y preguntó.

_ ¿En verdad me puedo quedar aquí?  _Si.  _ ¿Ya nadie me
molestará?  _Enviaré al mayordomo de vez en cuando para que se asegurede que no te falte nada, si no
quieres que las sirvientas venganno lo harán. Abril agachó su cabeza y le dijo.  _Muchas gracias. Alessandro
dio media vuelta, se dirigió a la puerta y antes de salirdirigió su mirada por última vez a la princesa y le
dijo.  _Gracias por salvarme en el bosque hace unos días.  _De nada. Alessandro se marchó y dio sus nuevas
órdenes al mayordomo,después de esa visita las sirvientas dejaron de ir a molestar aAbril devolviéndole así

sus días tranquilos. El mayordomo era el único que iba de vez en cuando, él le habíallevado ropa y zapatos
cómodos, también le llevaba comida yalgunas especias para cocinar.Ese invierno Abril lo paso muy bien,
como tenía ropas y zapatosque abrigaban pudo salir de su casa y jugar con la nieve, cuandolo hizo se sintió
tan feliz como una niña pequeña, ella ya no

_ ¿Espera, tú eras la sucesora antes que tu hermana?  _Si, pero nunca fue oficial, se supone que el primer
hijo hereda eltrono, pero yo era muy enfermiza y nunca se me trató como tal,cuando se enteraron de que no
tenía magia mi padre merepudio, me envió a un castillo en ruinas para morir.  _Los soldados que te trajeron
dijeron que tu padre te quería, queeras su hija
amada.  _Jamás lo he sido, el día que me envió aquí incluso me dijo quedeseaba que su majestad me
matara, aunque no con esaspalabras exactamente. Abril siguió lavando la espalda de Alessandro y subió
hasta sushombros, él agarró su mano y le dijo.  _Fui muy grosero contigo el día de nuestra boda, lo
siento.  _Soy la hija de su enemigo, me sorprende que su majestad medejara con vida, no tiene. que
disculparse.
Yo no sabía nada de esto. _Su majestad no tenía manera de saberlo, así que no sepreocupe por eso.

Esposa olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora