XXIII

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Dormía plácidamente. Cuando el sueño abandonó todo mi cuerpo, me sentí fuera de mí. No reconocí la habitación y un brazo rodeaba mi cintura. Me paré de golpe y abracé mis rodillas. Las lágrimas se asomaban, me estaba dando otro ataque de pánico.

Yulia se despertó sobresaltada y me abrazó. Me acurruqué en su pecho y seguí sollozando. Me sentía avergonzada y eso me producía más ansiedad. Yulia me apretó fuerte contra su cuerpo hasta que mi respiración se reguló. Sus palabras eran como un arrullo, me calmaban.

__ Cielo, tranquila. Estoy contigo, estás segura. Todo está bien ¿De acuerdo?

«Estúpida, estúpida» me dije a mi misma. ¿Cuánto tiempo soportará esto?
Yulia me soltó y salió de la habitación. Al rato entró con una taza de té, me la tendió y me abrazó, apremiándome a beberla. Me terminé el té y le di la taza.

Aún no me creo la suerte que tengo. Yulia me mira con un amor que me derrite. A pesar de mis ataques, no se ha ido. Y siempre me deja en claro que me quiere. Y lejos de hacerme feliz, sólo me hace llorar más.

*****

Lena comenzó a llorar de nuevo, no me gusta verla así. Quiero ayudarla, pero cuando se oculta de mí, me es difícil encontrarla. Lo único que se me ocurre es abrazarla fuerte, así logro apaciguar su sentir. No sé cómo lo vaya a tomar, pero necesitamos buscar ayuda.

__ Lena, cariño, necesitamos hacer algo al respecto.
__ ¿Vas a dejarme? - me dijo en un hilo de voz.
__ Cielo, no, no haría eso. ¿Tú acaso quieres dejarme?
__ Talves nos deberíamos dar un tiempo, Yulia. Necesito resolver esto sola. Talves puedas conocer a alguien más...

Eso me dolió en lo más profundo de mi ser. Ahí estaba ella, alejándome. Me arrepentí luego, por lo cruda que fuí. Ella se sentó al borde de la cama y yo me arrodillé, frente a sus piernas.

__ Maldición, Lena. No quiero a nadie más, te quiero a ti. Y haré lo que sea necesario para que estemos bien. Por favor, resolvamos esto juntas.

Exploté. Lloré como una niña pequeña sobre sus piernas. Ella en respuesta, me abrazó.

*****

Lena me pidió que la llevara a su casa. Cuando estuvimos listas, subimos a mi auto camino a su departamento. Íbamos todo el camino en silencio.
Al llegar, nos bajamos y subimos. Apenas entramos la besé. En ese momento no pensé en nada. Sólo sé que me haló hacia el sofá y nos terminamos amando allí, sin palabras.

*****

El semblante de Lena se había suavizado. Aunque estaba risueña, en sus ojos había incertidumbre.
Yo sólo disfrutaba el momento, ella abrazada a mí y yo le acariciaba su cabello. Sólo ella sabrá cuándo sincerarse conmigo, no la presionaré.

Lena rompió el silencio para contarme el por qué le afectaba tanto despertar conmigo. Era algo que la atormentaba mucho y eso explicaba sus ataques de pánico. Su cuerpo empezó a temblar a medida que hablaba y yo la abracé fuerte, en respuesta.

La realidad me golpeó, rompiendo el momento. Me había olvidado de dónde estábamos. Me encontraba acostada sobre el sofá y Lena descansaba en mi pecho, rodeada por mí. Ambas sin una prenda de ropa en la sala de estar, de un departamento tipo estudio compartido.

__ Cielo, será mejor que nos vayamos a tu cuarto. Tu amiga puede llegar en cualquier momento y...

Lena se levantó de un salto y me haló, llevándome arrastras. El sonido de la puerta nos trajo a la realidad. Lena se colocó una playera y un short para salir a la sala a recoger nuestras ropas.

*****

Wow, cuanta adrenalina. Si Yulia no me hubiese traído a la realidad, Nastya nos hubiera encontrado en el sofá. Cuando salí a buscar nuestra ropa, ya mi amiga se encontraba al lado del mueble, con una ceja levantada.
No pude evitar sonrojarme al máximo.

__ Nas, puedo explicarlo.
__ Lenita, tranquila - se acercó y me abrazó - sólo trata de llegar a la habitación la próxima vez - me susurró, para separarse - ya entendí, no me sentaré en el sofá.

Nastya se dirigió a la cocina y yo la seguí. Le expliqué que Yulia estaba en mi habitación y que le había contado mi problema.

__ ¿Y que opina ella sobre eso?
__ Quiere que lo resolvamos juntas.
__ Dios, Lena eso es fantástico. Eso demuestra que está comprometida contigo de verdad. A propósito, ¿Se quedará para cenar?
__ amm, pues, yo...
__ Pues, ya está. Prepararé algo rico para las tres, te avisaré cuando termine. Ve con ella.

Me fui a la habitación y Yulia ya se había bañado y vestido. Por fortuna mi ropa le quedaba holgada. Me atrevo a decir que usamos la misma talla, porque le gusta vestir ancho.
Al verme entrar, quitó su atención de la televisión y la centró en mí.

__ Cariño,  Nastya cocinará para las tres y me gustaría que te quedaras esta noche.
__ Me encantaría, cielo. Lena, sobre lo que hablamos, quería saber si...

Tomé mi laptop, me senté junto a ella. Tecleé en el portal de ayuda psicológica y pedí una cita. Me agendaron para el martes a las dos de la tarde.

__ Ya está... ¿Irás conmigo?
__ Por supuesto. Lo resolvemos.

Yulia me regaló una sonrisa.

__ Sobre mi amiga... Nastya es un poco pesada.
__ Tranquila, Lena. Sobreviviré.

*****

Pasamos la cena entre risas. Nastya se comportó porque le lancé varias miradas amenazantes. Cuando ella bromea conmigo no puedo evitar sonrojarme, pero me siento cómoda. Es su forma de ser y es algo que me gusta de ella, su sentido del humor. Las dejé un rato solas, mientras metí los cojines a la lavadora. No quería que me molestara toda la semana con eso.

*****

Yulia se adelantó a mi habitación, yo me encontraba con la lavadora aún. Por fortuna tenía la función de secadora incorporada.
Nastya me dijo que le agradó mucho Yulia, y que sería bueno que la invitara más seguido. Estaba maravillada de cómo era ella conmigo.

Me contó sobre el chico con el que salía y que pronto lo conocería. Le propuse que lo invitara a comer aquí y le diría a Yulia, para almorzar los cuatro. Nastya se encargó de los platos y me despidió.

Cuando entré a la habitación, Yulia estaba en la cama medio dormida. Me metí suavemente y le rodeé la cintura con mi brazo. Sin darme cuenta me dormí.

Tu pecho es mi abrigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora