Luego de tres años de estar separados, Seokjin y Taehyung vuelven a verse. Todo el amor acumulado se hace evidente con cada mirada que se dan, en cada encuentro que sostienen. Sus labios parecen estar sellados, pero sus ojos logran delatarlos. ¿por...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Qué esperas? — pidió ansioso.
— Debo hacerlo con cuidado bebé — dijo dulcemente besando su hombro.
— Estoy bien. Estamos bien — le insto.
Seokjin tenía sus dudas de empujar mas fuerte debido a los 8 meses de su esposo.
— Déjame hacerlo con calma. No quiero lastimarlos.
— No lo harás — puchereo.
— ¿no te gusta así? — pregunto acariciando su cadera mientras entraba y salía suavemente.
— Me gusta, pero lo quiero más rápido y duro.
— ¡Bebé! — sonrió y mordió su labio sintiendo crecer su excitación.
— Ay no, por favor Jin. — dijo moviendo sus caderas hacia el miembro de Seokjin.
— Ten cuidado bebé. — lo detuvo sosteniendo sus caderas algo preocupado.
Taehyung apretó las sábanas con impotencia y escondió su rostro contra el colchón lloriqueando de necesidad.
— Me estas matando.
— Comprende amor. Tengo miedo de lastimarlos. Y más al bebé.
— Yo lo quiero duro Jinnie — gimoteo en protesta.
— Está bien, déjame intentar algo — dijo separándose un poco para tomar una almohada.
— No te vayas — suplico.
— No me voy. Solo quiero asegurarme de que estén bien.
— Pero te saliste — se quejó ante lo vacío que se sentía.
— Pronto estaré dentro de nuevo — sonrió y comenzó a acomodar la almohada debajo del vientre de Taehyung, quien se encontraba acostado de lado.
— Buena idea — dijo Taehyung al sentir su vientre más cómodo.
— ¿verdad que si? — exclamo acomodando el glande en el agujero de su omega. Levanto una de sus piernas acomodándola por encima de las suyas y luego entro fuerte y duro de una estocada, haciendo gritar de placer a Taehyung.
— Uhmmm...si así. — pidió.
Seokjin gruño en su oído y comenzó a embestirlo un poco más fuerte.
— Mas Jinnie por favor — gimió en suplica.
— ¿Quién diría que mi dulce e inocente omega seria tan codicioso? — dijo acelerando el ritmo.
— Tú tienes la culpa.
— ¿es así?
— Si...uhmmmm — gimió y apretó sus dientes, totalmente extasiado — eres demasiado bueno. Tan bueno. Tan bueno para mí.