DOS PARA UNA© [Completa✔️]

▼CAPÍTULO 13▼

Cambio frases chingonas y reflexivas, por votos y comentarios.
No sean tímidos y denme amor.

Recomendación Musical
Mi Mala (Remix) - Mau y Ricky/Becky G/Leslie Grace/Lali/Karol G.

''No me esperes, que no sé si llego''
''Yo llego si me da la gana''
''Vos y yo dejamos claro el juego''
''Vos mi malo y yo tu mala''

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MACA

Mi teléfono, maldito sea, estaba sonando tan estridentemente, que es como un mono con discos en medio del Vaticano.

—Maca, despierta —farfulla Daniel, irritado—. Apágalo, joder.

—¿Mmm?

—Apaga esa puta cosa.

Busco el diabólico aparato debajo de la almohada y miro la pantalla. Es sábado y tengo una clase extra a la que me anoté por ser un tema para los exámenes.

La pospongo media hora más y me enrollo en el cuerpo de Daniel, el bastardo tiene un calor corporal tan elevado que no necesitaba cubrirme con ningún edredón.

—Voy por agua —avisa soltándose de mi agarre—. Espera, dame un minuto.

Asiento y suspiro satisfecha. Sí que entiendo la obsesión de los ricos por el hilo egipcio, esta cama es mil veces más suave y cómoda que la mía, realmente me encanta dormir en esta mierda.

Escucho los pasos de Daniel, luego una plática y por último un grito.

Un gran, fuerte y desquiciante jodido grito.

Luego gritaron mi nombre.

—¡Maca! —chilla Daniel, cabreado—. ¡Maca, te voy a matar! ¡Lo juro! ¡No encontrarán tu cuerpo, maldita idiota!

Ruedo para levantarme de la cama y ver por qué esta vez Daniel había decidido atormentarnos tan temprano, sé que no es por Lorenzo, ya que no lo veía por ningún lado.

Me inclino para buscar mis sandalias y hacerlo me duele.

Gimo tocándome por todos lados, esperando ver alguna incisión de donde habrán robado mi hígado o una mierda así, pero no, todo estaba en orden, excepto que toco cerca de mi cadera y duele.

—¡Maca! ¡Baja de una puta vez! —ordena Daniel, doblando su ira—. ¡Tú, estúpida borracha, me has jodido la vida!

Con pereza y ganas de tomarme un vaso de Coca-Cola, bajo para observar a Sebastián y a Andrea con gestos divertidos, estaban junto a Daniel, que tiene el pijama hacia un lado y tallaba como loco su pecho con un pañito húmedo.