Primera vez

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—Uhm... espera, ah, detente.

Teddy se detuvo a duras penas, sosteniendo las caderas de su novio y mirándolo a los ojos entre la oscuridad en busca de alguna señal de incomodidad.

—¿Sí?

James respiró profundamente y se inclinó sobre él, estirando y tanteando con su mano hasta tomar una de las varitas que yacía sobre la mesita de noche al lado de la cama de Teddy.

—Muffliato.

El peliazul sonrió la emoción recorrerlo, al igual los nervios y la nueva sensación de no saber muy bien que hacer, pero queriendo continuar con lo que sea que fuesen a hacer.

—Jamie... ¿hiciste el hechizo con mi varita?

Su novio lo miró interrogante, estaba oscuro y trataban de ser lo más silenciosos posible debido a que se encontraban en la habitación, aunque los gemelos Weasley-Lovegood no estaban, no querían correr el riesgo de ser escuchados. Tanteó el relieve de la varita, y efectivamente, era la varita de Teddy.

—Oh, sí. Es tuya— comentó James, sintiéndose muy cómodo con la varita del peliazul y se acomodó sobre su regazo.

Teddy acarició su cintura y lo vió a los ojos, analizándolo con cariño. Se acercó hasta romper la distancia entre ellos, acariciando la línea de la mandíbula con sus labios.

—¿Te gusta esto?

—...me gusta...— respondió James cerrando los ojos.

Su novio continuó con sus besos, presionando sobre su mejilla, llegando hasta su manzana de Adán y dando un leve mordisco.

—¿También te gusta esto?

El moreno batió los párpados y se sostuvo de los hombros suaves de Teddy. Asintió.

Su novio lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos y reposándolos sobre la cama. James se apoyó del agarre, acercándose al peliazul y juntando su torsos, apresó su boca en un beso abrasador.

Los labios de James se encargaron de marcar el ritmo, algo acelerado y con necesidad. Teddy soltó el agarre en su mano derecha, acunando el rostro de su novio y ladeando la cabeza. Entreabriendo y mordiéndose los labios entre sí, sorbiendo, jadeando en busca de aire y sin querer separarse de la deliciosa conexión que sentían. Las pocas barreras que quedaban entre ellos estaban a punto de derrumbarse.

Al moreno le invadió la necesidad de tocar la piel caliente del chico debajo de él, así que metió sus manos dentro de la camisa de Teddy y la levantó, el peliazul entendió el mensaje y alzó sus brazos, siendo despojado de la prenda.

—Eres hermoso— le sonrió a Teddy, acariciando sus brazos y costados de su torso, suavemente, y con mucho cuidado.

—Ay, me sonrojas.

James desnudó su torso el mismo y su novio no pudo quejarse ante la vista.

—Estoy muy enamorado de ti— confesó Teddy abrazándolo y escondiendo su rostro en el pecho de James.

—Yo... aunque me costó darme cuenta, también estoy muy enamorado de ti— le respondió, diciéndolo en voz alta por primera vez y sonrojándose.

El peliazul acarició toda la piel a su alcance, besando su torso y sintiendo las manos de James enterrarse en su cabello, dando leves jalones y masajes.

—Me gustas tanto...

Juntó sus labios con los de James, empezó suave, disfrutando la calidez de sus bocas. Se volvió húmedo, profundo, sin inicio ni salida, acarició la lengua del moreno, delineó el contorno de sus labios y rozó sus dientes, una y otra vez, hasta que James se retorció y gimió contra él.

-ˏˋ Tiempo ˎˊ- Where stories live. Discover now