Capítulo 27

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Como si le hubieran metido en medio de un iceberg Natalia se quedó petrificada, parecía una pesadilla lo que estaba en ese instante viviendo.

-Es una broma de muy mal gusto, Alba, te pido que con algo así no vuelvas a bromear, si Julia se atreviera a algo así sería capaz de matarla...- Alba se bajó de la cama, las palabras de Natalia la estaban hiriendo. No porque a ella le gustara Julia, sino porque sabía que eso no era una broma y la manera de reaccionar de Natalia la estaba lastimando, sabía que la morena sufriría. A todo eso, Natalia no le quitó el ojo de encima y se temió lo peor, Alba no parecía estar bromeando -...sé que es una broma, cariño, te descubrí - se rió intentando convencerse de que aquello sí era una broma.

-Perdóname - la rubia se giró para mirarla. Tenía los brazos cruzados como tratando de abrigarse de un frío inexistente -...te juro que no lo busqué.

Posiblemente aquel era el peor momento de la vida amorosa de la morena. Había pasado por cosas malas: algún que otro problema financiero, una pelea con Marta que las mantuvo tres meses sin hablarse, el problema de Santi... entre otros problemas. Nunca problemas amorosos ya que nunca había sentido por nadie nada parecido a lo que sentía por Alba.

Una lágrima inició el descenso de su ojo izquierdo recorriendo la zona de la mejilla para posteriormente dejar un cauce húmedo y salado.

-...Natalia necesito...- irrumpió Santi al cuarto sin llamar primero y bueno... su hermana, que se había sentado ya sobre la cama, parecía un alma en pena. Tenía la mirada fija en un sólo punto, lo mismo que la rubia en la ventana -...¿Estás bien?

¿Que si estaba bien?, le acababan de arrancar el corazón de un sólo tirón.

Alba había estado distante y evasiva con ella en los últimos días y ese era el motivo. Julia le había besado, posiblemente fue un beso robado pero que a la rubia le había gustado.

Natalia se quería matar. No conseguía entender el hecho de que a Alba le haya gustado el beso de una persona que casi arruinó su vida.

-¿Quieres algo? - consiguió preguntarle Natalia a su hermano.

-Sí, necesito algo de dinero en efectivo... Sé que me dijiste que si necesitaba dinero se lo dijera a tu administrador pero él me ha preguntado que si los dos millones en efectivo que fuiste a sacar del banco ya se acabaron.

«Claro», pensó Natalia. Ese dinero se lo había entregado todo y más a Julia, la persona que en ese momento estaba arruinando su felicidad y su vida.

-Si es urgente pídeselo a Marta, ya se lo devolveré, ahora no puedo moverme - dijo sin levantar la cabeza, llevándose las manos a la cara para limpiarse las lágrimas.

-O...key - respondió Santi no convencido -...¿todo bien, chicas? - se preocupó y el silencio reinante le respondió -...sea lo que sea, espero que puedan arreglarlo - dicho esto salió de nuevo y cerró la puerta.

Pasaron otros dos minutos en los que los ojos de Alba no se apartaban de la morena. Estaba triste, en realidad ambas estaban tristes y no era para menos.

La rubia era consciente de que, como dijo Santi, podrían arreglarlo.

Salió de donde estaba apoyada y se acercó a Natalia, la morena se levantó de la cama y se alejó secándose las lágrimas.

-¿Me rechazas por Julia?.

Es que por más vueltas que le daba, Natalia no creía aún que Julia fuera la causante de todo eso, y no de la manera en que ya estaban acostumbradas: amenazas entre otras más cosas...

-No te rechazo por Julia, no sé lo que siento. Simplemente.

Natalia soltó una risilla irónica. De modo que esas tenía ahora...

Un Cambio A Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora