Capítulo I.

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Todo comenzó el día que concluyeron las vacaciones de verano de aquél año infernal en París. La Universidad Artois abria sus puertas para sus estudiantes provenientes de diferentes partes del mundo.

El momento más emblemático fue cuando en ella se instaló Alex DeLarge, nuevo profesor de Literatura, hijo de una familia muy poderosa en el país francés. Todos esperaban su llegada, pero no sabían que lo único que provocaría era destrucción.

Mi nombre es Catherine Tramell, soy profesora de historia, provengo de una família de clase medía ni siquiera estoy acomodada como otros en la Universidad, sí ingresé en ella fue por mis propios méritos.

Aquél día en el que iniciaron las clases el edificio se encontraba repleto de personas, pero no sólo el campus, las calles y la avenida principal se encontraban colapsadas de automóviles que intentaban bajar a los residentes para que ingresaran al establecimiento.

—¡Mucho gusto!—expresó una mujer de cabello colorado con mucha gentileza.—Me llamo Max Cady y seremos compañeras de cuarto este año.

—Un placer, soy Catherine Tramell.—pronuncié recordando que cada dos noches los docentes hacemos residencias nocturnas para cuidar a los estudiantes que habitan el establecimiento durante el año.

Aquélla mañana y en la espera de que todos hicieran su registro para que nos asignaran nuestras respectivas habitaciones con Max nos hicimos muy buenas compañeras. Posiblemente porque compartíamos muchos gustos parecidos. Aunque ella era profesora de Lenguas Extranjeras.

Más tarde en los corredores  nos encontraríamos con dos muchachos  sumamente apuestos, llevaban consigo varios documentos, al parecer también eran profesores Bastian Bateman,y Richard Dubois.

—Bienvenidas señoritas.—expresó el primer chico.—Me presento, soy Bastian, profesor de Psicología.

—Y yo soy Richard Dubois, profesor de Arte—estrechó nuestras manos.

—Traten de que no se les acerquén mucho a ver si les contagian la idiotez.—decía otra chica un tanto molesta.

—No seas aguafiestas Sylvie Morel.—replicó Bastian.

—Qué seas mi medio hermano no quiere decir que no pueda decir la verdad sobre ti y tu compañero de cuarto.—argumentó con una expresión algo burlesca.

Dos hermanos docentes en una misma institución, debe ser algo divertido pensé. Aunque seguramente con quién nunca jamás hubiéramos querido cruzarnos es con Alex DeLarge, un hombre egocéntrico, casi sin expresión alguna a cualquier comentario que pudiera hacerle otra persona.

Desde el primer día que arribó a la institución sabía que aquél año no sería el mejor para ninguno de nosotros. Alex DeLarge tenía muy mala fama por uso de drogas, alcohol y todo lo que pudiera ingerir en sustancias peligrosas.

Pero lo que posiblemente nadie imaginaba que su propia persona era la más peligrosa en la institución y no sólo por familia, el dinero, poder o su imagen aterradora. Por el contrario eso era algo menor, insignificante.

El era un psicópata y lo descubrí algo tarde, porque su veneno ya había contaminado toda la institución para ese entonces.

Una persona como Alex DeLarge iba a ser todo lo posible por caer bien, pero sólo a quién quisiera él y no tuve mejor suerte que me eligió a mí cómo su objeto premiado.

—Señores y señoras—formuló el director Chandler Blanc cortando con mis pensamientos.—El día de hoy, ustedes están aquí porque nuestra prestigiada institución universitaria los ha seleccionado conforme a su formación académico y saberes adquiridos con anterioridad.

PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora