Capítulo XII.

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Habían pasado unos días, el clima de la universidad era bastante extraño, y el ambiente era más tenso de lo normal.

—Tenemos que hablar de nosotros. —Menciono Chandler, sentandose delante de la mujer.

—¿Hay un nosotros? —Inquirio Max, irónicamente.

—Siempre lo hubo. —Chandler la miro.

—Joder Chandler, pasaste años encubriendo a un psicópata, sumando que tiene cuatrocientos alumnos a su cargo, es un milagro que no haya muerto nadie. —Demando la docente.

—Nadie va a morir, esto terminará pronto. —Chandler estiro su mano, esperando una reacción positiva de la contraria.

—Pudrete. —Max se levanto, y se fue de la oficina.

Por otro lado, en la sala de profesores, el clima era bastante tenso, al igual que en toda la universidad.

—¿Estas mejor? —Cuestiono Fernando, acercandose a Cath.

La docente, quien estaba sirviendose café, simplemente lo miro.

—Eso creo. —Menciono Catherine. —Con respecto a la salida, me gustaría ir a tomar algo.

—Podemos organizar un fin de semana. —Respondió el hombre sonriendo.

Luego de esa corta charla, Alex entro a la sala, Catherine trago saliva, para luego irse.
Fernando solo pensaba en como podría deshacerse de el, tendría que vigilarlo muy de cerca.
Días después, Alex tenía un sentimiento de acabar con todos, de una forma original y para nada sospechosa.

—Hoy a las seis de la tarde, estaré dando una tutoría para el examen. —Aviso el docente. —Será bueno para que despejen sus dudas.

Las seis de la tarde llegaron, y a la tutoría concurrieron diez alumnos, los únicos alumnos dentro de esa universidad, ya que muchos otros, estaban en el campus, o incluso fuera de dicho recinto.
Unos minutos más tarde.

—Iré a buscar unos libros que he olvidado. —Aviso Alex para luego retirarse.

Al salir del aula, dejo a los alumnos encerrados bajo llave, para luego sin ser visto, prendió la llave del gas, que comenzo a recorrer las calefacciónes hasta el aula, cuando los alumnos se dieron cuenta de que algo andaba mal, ya era demasiado tarde.

—Malditos hijos de puta. —Vocifero el docente desde la puerta, para luego irse.

Horas más tarde, Noah buscaba a uno de sus compañeros, que había concurrido con Alex a la tutoría.
Le parecía extraño, el hecho de que no se escuchaban ruidos, ni voces, el chico que estaba fuera del aula, no se atrevió a asomar la cabeza, pero minutos después, tomo valor y lo hizo, sin poder ver absolutamente nada, quiso abrir la puerta, sin éxito, lo que hizo fue buscar a Catherine.

—Creo que paso algo raro. —Susurro el muchacho, en la puerta de la habitación de su profesora.

—¿Que paso? —Inquirio la docente.

—¿Usted tiene copia de las llaves? —Pregunto Noah.

La profesora asintió, y el muchacho la guió hacia el aula, para que al abrir la puerta, se encontraran con una de las peores imágenes.
Los diez alumnos estaban en el suelo, sin respirar.

—¡No! ¡Demonios! —Grito Noah, agarrando su cabeza.

Catherine miro a su alumno.

—Hay que avisarle a Chandler. —Sugirió Cath.

Chandler llego a la escena, sin poder creer lo que estaba presenciando.

—Por amor a Dios. —Artículo Max llegando.

PsychopathWhere stories live. Discover now