Capítulo XI.

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Al día siguiente por la mañana en la sala de docentes se reunían los mismos involucrados en un verdadero enredo amoroso.

Malena estaba sentada en uno de los bancos cuando de pronto le llego un mensaje anónimo, el cuál era un video y al momento de darle play al mismo quedó impactada, casi en shock.

—Maldita sea.—mencionó por lo bajo, mientras que al mismo tiempo ingresaba al sitio Catherine.

—¿Todo bien?—preguntó la anteriormente mencionada  acercandose a su colega.

—Ehh, si.—expresó Malena quién  intentando disimular colocó el móvil sobre el escritorio.

—¿No me mientes?—Catherine la miro.

—Esta todo bien.—mintió Malena y se fue, sin acordarse del móvil.

—Dejaste tu teléfono en el escritorio.—avisó Catherine, sin éxito.

Al observar el teléfono celular, el mismo se encontraba con la pantalla desbloqueada, en este había un video, al cuál le dio play, y lo que vio, la dejó boquiabierta. Malena volvió a entrar a la sala, para encontrarse con la mirada acusadora de su colega.

—¿Te acostaste con la persona que decidió violarme? —inquirió Catherine, con lágrimas que recorrían sus ojos.

—Lo hice sí.—Malena la miro.

—¿Y ahora te amenaza con publicar ese video? —Catherine se limpiaba las lágrimas de la rabia que llevaba consigo. En ese instante Malena asintió, esperando una respuesta positiva.

—Vete al diablo. —Catherine tomó sus cosas y salió de la sala e inmediatamente Malena también tomado otra dirección por los pasillos.

—¿Escuchaste lo mismo que yo?—mucitó Richard desde una silla en la sala mirando a Bastian.

—Sí, ni me lo digas.—Cada día hay más problemas aquí.—dijo Bastian.

—Oye, noostros tenemos que hablar.—expresó el profesor de arte.

—¿Sobre qué?—preguntó Bastian.

—Pero necesito que te acerques más.—sentenció Richard.

—Vale.—pronunció Bastian cayendo en la trampa.

—Ahora que estás cerca.—dijo Richard tocando su mano...

En ese momento Richard aprovechó para hablar sobre sus sentimientos más pasionales y sinceros.

—Me gustas Bastian, realmente, pero me cuesta entender mis sentimientos.—comentó el adulto con en sus ojos cristalinos.

—Oye, no tienes porqué ponerte mal, es normal sentirse raro.—formuló Bastian tomándole su mano con firmeza y seguridad.

—Me das mucha paz cuando estás a mi lado, cuando tocas simplemente mí cuerpo.—eximió Richard casi en un susurro de éxtasis al sentir correr por él una electricidad única.

Bastian se sentía un jodido traidor a su conciencia, a sus principios, a sus valores; el chico que más amaba en el munod se estaba declarando a sus pies, mientras que él sólo había metido en un asquero encuentro sexual con el más repugnante de los hombres sin escrúpulos Alex De Large.

Tan bajo había caído que en ese momento sintió náuseas y salió casi corriendo hacía el baño de los docentes para expulsar aquello que tanto lo oprimia, la culpa.

Richard, con su paciencia de recién enamorado, fue a acompañar al muchacho hasta el baño para saber sí se encontraba bien.

—Bastian, ¿Me podrías abrir la puerta del cubículo por favor?—decíael joven.

PsychopathWhere stories live. Discover now