Hoy

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Unos Harry y Louis muy argentinos, que se conocen de chiquitos y se aman desde siempre. Estuvieron uno junto al otro hasta que de repente una oportunidad única llegó y Louis la tomó, poniéndoles un océano en el medio por más de un año en el que no dejaron de amarse ni un segundo.
Donde Louis volvió a casa por su novio bebé, donde Harry no entiende por qué su Lulu le mandó audios cantando todo el día.

 Donde Louis volvió a casa por su novio bebé, donde Harry no entiende por qué su Lulu le mandó audios cantando todo el día

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[L.S]

Los ojos de Harry se iluminaron tanto como su sonrisa al ver que su novio había recuperado su celular.

-Tengo marcado en el pecho todos los días que el tiempo no me dejó estar aquí.- No pudo evitar reírse de su canto a los gritos en el audio.- Tengo una fe que madura, que va conmigo y me cura desde que te conocí.

-Hola amor.- Rio y masticó al mismo tiempo. Apenas estaba desayunando, eran las 8 de la mañana, pero en Londres eran las 12.- Cantás hermoso, me alegraste la mañana. ¿Qué hiciste con el celular al final, tu amiguita esa te prestó uno? No me quejo.

Si tenía que ser sincero, estaba cansado de extrañar a su novio. Quería despertarse con él abrazándolo e irse a dormir entre mimos y besitos, quería salir a pasear y hacer cosas con Lou, ¡incluso extrañaba pelearse!

Lulu se había ido a estudiar a Londres hacía casi un año y medio, y él iba a seguirlo al terminar su carrera dentro de unas semanas. Cuando le contó que había conseguido la misma beca que le habían dado a él festejaron con champagne, trajes con corbata, sueños del futuro juntos y sexo virtual, pero el saber que volverían a estar juntos hacía que la espera se vuelva una verdadera tortura.

-Tengo una huella perdida entre tu sombra y la mía que no me deja mentir.- Harry cerró los ojos en paz al escucharlo otra vez.- Soy una moneda en la fuente, tú mi deseo pendiente, mis ganas de revivir.- La risita en el audio le llenó el estómago se mariposas.- Bueno bueno, ¿eso que escucho son celos? No me ofendas, H.- Lo amenazó con burla.- No, en serio, Zaynchu lo agarró antes de que lo lleve a arreglar y me trató de sucio porque me dijo que el coso de carga estaba tapado y no conectaba el cargador, ¿podés creer? En fin.- Su indignación lo hizo reír.- ¿Qué onda tu día, gordo? ¿Querés que nos veamos a tus 6 o a tus 7?

-¿Qué canción es esa, Lou?- Consultó mientras levantaba las cosas que había ensuciado.- Me gusta, tiene como un ritmo re lindo, casi como vos. Y gordo, Dios.- Se rio.- Limpiá ese celular, hacete el favor, mirá que para que no entre el cargador... ugh, hoy tengo un día de mierda. ¿A las 7 puede ser, be? ¿O vas a estar cansaducho?- Suspiró molesto.- No quiero decirte a las 6 y llegar tarde por ese profesor del orto que parece que le divierte hacerme esperar después de la clase para chamuyarme. Dios, lo odio.

Se puso música para lavar las cosas que había ensuciado y barrer la cocina, pensando en su día. Cuando Liu se fue, se juraron que todos los viernes iban a tener una cita y lo cumplieron al pie de la letra. Generalmente hacían una videollamada, compartían alguna comida, avanzaban con su serie y se iban a dormir con el otro del otro lado de la pantalla, a veces se pasaban horas solo hablando, o discutían o tenían sexo a la distancia, cualquier cosa juntos. Llegaron incluso a salir a cumpleaños o eventos sociales en videollamada con el otro, importándoles poco las burlas o comentarios maliciosos de quienes los veían. Por supuesto que si podían llamarse durante la semana y compartir algún momento lo hacían, pero los viernes a la tarde de H y noche de Lou eran sagrados.

Larry Stylinson - One Shoots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora