6. ¿Por qué no me dices la verdad?

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Capítulo 6

Me hamacaba en la patio trasero de la casa, no había resplandor, el viento fresco golpeaba mi cara al son del movimiento, un clima nublado y oscuro..

Seth ayudaba a papá  a encender el fogón, habían dicho que querían pasar un tarde haciendo un buen asado. De repente sonó la puerta de cocina. Volteé mi cabeza y vi a mamá salir de la casa con un tazón de carnes en sus manos. 

¡Mami! ―salí corriendo en busca de abrazar su cintura quiero que ya esté todo listo, quiero comer hice un puchero.

En unos minutos, mi amor ―sobó mi cabeza ― ayuda a tu hermano a poner la pequeña mesa y yo me encargo con papá de asar.

 ―¡Seth! ―le llamé a lo que volteó a verme ―mamá dice que pongamos la mesa ―salté.

Ya te alcanzo, ve tomó el tazón que le entregaba mamá para dárselo a papá.

Corrí a toda velocidad hacia el lugar de los trastes que estaba a un lado de la casa, me quedé un momento esperando a que mi hermano llegué, porque no puedo cargar todo esto sola. 

Muchas cosas viejas habían en este lugar, arrugué mi nariz ante el olor de cosas guardadas, habían cuadros de la familia y artefactos antiguos, nada interesante. De repente oí un estruendo que salí corriendo al patio. 

Abrí mi boca del susto. Seth estaba en medio del jardín pálido y la ropa estaba sucia de tierra, llorando sangre... y mis padres.

¡Dios!

―¡No!― desperté sudorosa con la respiración entrecortada. Había tenido una vez más ese sueño, no lo había tenido desde que tenía trece.

Mi hermano siempre cuidaba de mi cuando tenía ese tipo de pesadillas desde los diez años, cada vez era más repetitivo y a los trece dejé de soñar con ello, pero ¿Por qué ahora?

¿¡Cómo pude olvidar eso!? 

Estaba en el bosque con ese ser maldito, solo con recordar a esa monstruosidad mi piel se pone de gallina, es terrible todo esto. Pero sobre todo que tiene que ver Seth aquí, él lo nombró y que no es inocente. Necesito hablar con él, antes de que esa cosa nos quiera ver a ambos.

¿Cómo llegué a mi habitación? Tengo tantas preguntas y pocas respuestas, debo hablar con Seth ahora.

Miré hacia el reloj y eran las diez de la mañana ¿Por qué mi hermano no ha venido a despertarme?.

Me metí a la ducha, estaba sucia de tierra, iba a quitarme la ropa a lo que me topo con el reloj y la llave en el bolsillo trasero de mi jean, los observé unos segundo para dejarlos encima de la mesita del baño, me despojé de mi ropa sumergiéndome en la bañera con agua tibia y me acogiera el calor del mismo, pasé las manos por mi cabello enmarañado y cerré mis ojos intentando relajarme, pero todas las imágenes de los cuerpos destrozados y la cara demoniaca me hizo abrir los ojos del susto.
Salí del agua envolviéndome con un tolla; mientras con otra secaba mi cabello, me observé al espejo y estaba con unas profundas ojeras, mirada cansada y mis labios resecos. 

No me sentía bien, la angustia dentro de mi crecía, más los secretos o verdades que tengo que oír, todo esto me tiene estresada y aterrada. Me puse un atuendo limpio recogiendo esas cosas de la mesita para bajar con ellas y ver a mi hermano. 

―¡Seth! ―no estaba en la sala, así que me dirigí a la cocina ―¡Seth! ―nada tampoco.

Tal vez salió a trabajar, intenté ir al jardín quizás esté ahí leyendo ese libro como siempre.

Josephine Everglot © |Libro 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora