9. ¿Skandar Foster, Caleb Russel o Seth Everglot?

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Capítulo 9

Es difícil ¿saben?, es difícil estar bien, es difícil aparentar ser fuerte cuando por dentro te estás muriendo. Esconder todo detrás de un "estoy bien", llega a ser cansado, el ayudar a las demás personas a que se sientan bien, cuando tú estás demasiado roto por dentro.

Ahora lloro, lloro porque estoy cansada y no del cansancio que se quita durmiendo, sino del cansancio de tener que ocultar y guardarme todos mis problemas, el no tener a mis padres, saber que mi hermano es un asesino, y la poca confianza que tengo en Skandar Foster y Caleb Russel.

Técnicamente son unos completos desconocidos, unos seres caídos ¿por qué debo creer que dicen la verdad? ¿y si amenazaron a mi hermano para que él se eche la culpa de esas muertes? ¿y si mi hermano en realidad me está protegiendo?

Por eso debo averiguar esto por mi cuenta, porque cuando le pregunté a Seth si era verdad que por eso estaba tan servicial en lo del señor Griffith no me miró a los ojos y cuando él me comentaba de cosas que son ciertas el mantiene la mirada, pero esta vez no.

¿Quién es él?

En el recuerdo, solo Seth nombraba "Él me obligó hacerlo", por eso...¿será Skandar o Caleb?

Eso de las violaciones que los sacerdotes les hacían a los niños de la catequesis, debo saber si es cierto que por eso los atropellaron o si es solo una distracción para hacer de las suyas en el pueblo. Después de todo esa bienvenida que tuve en el bosque con esos cuerpos esparcidos, me da mucho que pensar. Y que esta vez ellos no tuvieron nada que ver, se me hace poco creíble.

Skandar estuvo conmigo desde niña, estuvo cuidándome desde la oscuridad, claro que en mis cumpleaños no aparecía por mis padres, pero entonces... también se veía con mi hermano ¿No habrá sido obra de él con alguna fuerza sobrenatural para influenciar a Seth?.

Cuando le enseñé a Seth el reloj de bolsillo con la pequeña llave, se asustó mucho y no quería ver a Skandar, ni a Russel.

¿De qué lado debo estar?

Observé por una ranura a Skandar que estaba recargado en una de las puertas del auto. Habíamos llegado a una gasolinera que estaba cerca del pueblo, aproveché para lavar mis manos y el rostro. Salí del lugar y fijó su mirada en mi.

―Demoraste un poco ―me dio una mirada con ¿ternura?.

―Si, pensé que iba a morir en el carretero ―le estudié con desconfianza ante tal gesto.

Subí al auto del lado del copiloto y emití un resoplido.

―¿Sucede algo? ―abrí solo un ojo para verlo a mi lado, ya me está ahogando.

―¿Cómo sabías dónde estaba? ―fui directa.

No le tomó por sorpresa lo dije, al contrario estaba relajado.

―¿Debo explicar otra vez lo que soy?―su tono era medio burlesco, como si estaba preguntando lo obvio.

―¿Ahora los demonios usan gps?

Negó seriamente―Se dónde estas, cuales son tus movimientos, cuando estas en peligro. Lo único que no se son tus pensamientos, aunque me gustaría saber.

―Lo que más me fastidia son las mentiras ―¡diablos! Estaba hablando de más.

Me vio confundido ―No te estoy mintiendo, se que desde pequeña no te dije de mi origen, pero a fin de cuentas te lo manifesté ahora y me mostré en mi verdadero aspecto.

Estaba tan enojada que preferí no decir más de la cuenta, porque si termino diciendo que Seth me ha mentido en lo del padre de Amber se me pudre todo.

Josephine Everglot © |Libro 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora