𝐋𝐎𝐍𝐆 𝐅𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓

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Long Flight [Taeyong]

Me encontraba sorprendida, aún con el ambiente agitado del aeropuerto, no me sentía tan molesta o abrumada. En realidad, me agradaba bastante el ambiente brillante; algo me decía que él hecho que todavía fuera muy de mañana me ponía de mejor humor.

Créanme, de todas las veces que me encontré en un aeropuerto, está fue la más agradable. Finalmente, después del año más agotador que recordaba haber vivido, el asunto ya se había terminado; al menos por unos pocos días, porque siempre tenía uno que otro cabo suelto del que ocuparme; pero como mínimo, traté de no pensar en eso por estos días. No esperaba que todos estuvieran de buen humor, porque claro que tres horas de retraso para un vuelo, nunca era una buena noticia, y es incluso pero si tienes que madrugar para eso, pero no me limitó de pasar un buen rato leyendo un libro que incluso olvidé que había comprado.

Nuevamente traté de sumergirme en las páginas del libro, haciendo un esfuerzo para llegar al final del capítulo; estuve muy cerca de hacerlo, sin embargo; había alguien que indirectamente se robaba mi atención.

—¿Qué? —preguntó el único chico que paseaba por la extensa sala de espera.

Gracias al exagerado clima frío al que nos hacía frente, el chico de cabello lacio se encontraba hecho un ovillo en medio de una cobija que simulaba a un guepardo ¿o un jaguar? En realidad ya no recuerdo.

Todavía con el libro en el regazo y sin levantar la mirada por tanto tiempo, respondí vagamente:

—Uh, llevas más de treinta minutos dándole vuelta al lugar. Si no te sientas podrías perder tu pasaporte otra vez —le devolví mi atención al libro.

Escuché un suspiro que gritaba indignación, luego de reojo noté como el chico se sentó junto a mi.

—Hey, ¡yo nunca perdí el pasaporte!

—Eso dijiste, hasta que llegamos a Canadá y te llevaste el susto de tu vida. —le recordé esperando a que se sentará de una vez— ¿Ya no piensas dormir? Pensé que ibas hacer eso, o al menos fue lo que me dijiste.

Aún con la frazada cubriéndolo casi todo el cuerpo, Yuri se acomodó en el largo asiento hasta quedar lado a lado a mi derecha, haciendo que el resto de manta se amontone en el espacio entre nuestras piernas. No fue hasta este instante en el que note cómo de grande era la frazada, con solo la mirada calculé que al menos tres personas se podían refugiar ahí dentro.

—No me mandes a dormir; ya me aburrí de esperar al estúpido avión. Tengo frío, estoy cansado y me quiero ir a casa. —se quejó para después recostarse vagamente en el resto del asiento— ¿Y tú? ¿No es ese el libro que compraste para luego dejarlo olvidado debajo de tu cama?

Yuri se acercó aún más, con las intenciones de darle un mejor vistazo a la página en la que me encontraba.

—No me juzgues. Es una pena que no me esté gustando, peor cuando le tenía tantas expectativas. —de una vez cerré el libro para darle toda mi atención al chico— Cómo sea, es mejor que vagar por ahí, envuelto en una manta tres veces más grande que yo. Parecías alma en pena.

Antes de decir algo, se detuvo a mirarme como si le hubiera traicionado en una cuestión de vida o muerte.

—Tu crueldad no tiene límites. —se giró hasta darme la espalda cuan niño pequeño.

Hasta cierto punto lidiar con esta faceta, era más divertido que soportar la arrogante.

—¿Me vas a hacer un berrinche? Haz lo que quieras —anuncié expresando mi inconformidad—. Y yo que incluso pensaba en dejarte elegir la película que veríamos en el viaje de regreso, pero si te pones así, supongo que podemos ver Clueless otra vez.

𝐓𝐰𝖎𝐧 𝐅𝐥𝖆𝐦𝖊 [𝐘𝐮𝐫𝐢 𝐏𝐥𝐢𝐬𝐞𝐭𝐬𝐤𝐲]Where stories live. Discover now