Llanto

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Capítulo 28

La lluvia era fuerte esa tarde, Sai miraba al señor Aburame con tristeza.

—Nunca ame a nadie más como eh amado a su hijo, y nunca amare a nadie más de lo que ame a Shino—. El señor Aburame suspiro.

—Mi hijo te amaba con toda su alma y corazón, fue un niño muy amado pero no presentaba ningún sentimiento, por un momento pensé que mi hijo no encontraría a su destinado. Pero desde que llegaste tú el era muy feliz, recuerdo cómo presumía su anillo con tanta alegría— y entonces el señor Aburame empezó a llorar— igual que su madre, dio hasta su vida por amor.

Sai también lloraba, el cielo lloraba. Agonizante el día, con muerte de un alma amada, jamás olvidado y jamás superado, pero si adorado y anhelado.

—Quiero que Sai se lleve el anillo, este anillo lleva mi corazón y mi alma, que se lleve mi vida si no es con él—. El señor Aburame lo abrazó.

—Hijo— susurró, mientras juntos lloraban .

El cielo lloró durante toda esa tarde, en el funeral el cielo estaba nublado, los amigos lloraban pero no más que él novio.

—Shino, amigo no sabes cuánto me vas a hacer falta—. Kiba se acercó a dónde se encontraba el cuerpo—. Pero llévate los momentos felices que se volvieron llamas en mi corazón.

Era claro, todos estaban dolidos, Hina también lloraba a pesar de ser alfa, "los alfas también lloran" dijo en su mente, reprochando a los clásicos estereotipos.

—Hina—. Susurró tembloroso el omega— nuestro equipo, se acabó—. Hinata abrazo fuertemente al Omega y juntos lloraron, Kurenai los veía a lo lejos.

—Todo estará bien, Kurenai— la abrazo su amado.

—Lo sé.

Después del funeral todos trataban de animar a Sai pero este solo quería ir a casa. En su casa busco una pequeña caja, había dibujos, retratos de Shino, fotos de Shino, incluso unos de sus lentes, extrecho la caja contra su pecho. Lloro, lloro sin parar, lloro hasta que se quedó dormido. A la mañana siguiente alguien tocó su puerta, sus ojos estaban inchados de tanto llorar, se paró como pudo y abrió la puerta cerrando los ojos al instante por el sol.

—Sai, te traje.. algo de comida—. Era Ino con sus fabulosas novias Ten Ten y Temari.

—Gracias chicas—. Las tres le sonrieron, se veía tan mal.

Las tres le dieron su pésame y luego se fueron, entendieron que Sai quería estar solo, había perdido al amor de su vida. Ni siquiera probó la comida de Ino, no quería hacer nada, solo estar acostado y llorar, estaba tan deprimido.

Mientras en otro lado con dos tortolitos.

—Regresemos a casa Naru, seguro que Suigetsu traerá a Sasuke de vuelta, dejémoslo solos—. Naru asintió y siguió a su amado.

—Itachi, podrías... Devolverme mi chakra, por favor—. Susurró nervioso Naru.

—Naru, tu... Quieres volver a ser ninja, ¿verdad?— Naruto se quedó inmóvil, no dijo nada—. ¿En serio deseas tanto volverte Hokage?— Naruto negó con la cabeza—¿Entonces?

—Lo que más deseo ahora, es tener cachorros contigo, pero quiero protegerlos, Itachi, no quiero que mis bebés sufran.

Itachi abrazo a Naru, él también quería tener cachorros, quería consentirlos y mucho más, quería tener una gran familia con Naru y Sasuke y por supuesto que Suigetsu.

—Yo también quiero tener cachorros contigo, Naru— beso la frente de Naru y este se sonrojo.

Tomaron camino de nuevo a dónde se habían estado escondiendo todo ese tiempo. Era hora de formar una familia. Dos días después cuando llegaron.

—Aaah, se siente tan bien estar en casa—. Dijo Naru al mismo tiempo que se dejaba caer en la cama—. Miro a Itachi quién se acomodaba para sentarse en la cama—. Ne, Ita, ¿no quieres intentar hacer un bebé?— Itachi se sonrojo de pies a cabeza.

Naruto se empezó a bajar el cierre de su sudadera, provocando un poco a Itachi. Itachi le sonrió tirándose sobre él.

—Un bebé puede esperar, ahora papi está muy cansado y quiere dormir con el aroma de mami— Naru se sonrojo al ser llamado "mami".

—Esta bien, Mami también quiere dormir con el aroma de Papi.

Y así ambos quedaron dormidos soltando feromonas para el contrario.

Mientras tanto con otra parejita de un rubio y un azabache, estaban intentando hacer un test de embarazo.

—¿Listo?— Pregunto Tobi al ver salir al pequeño rubio, a lo que esté asintió.

Le mostró la prueba, que aún no estaba lista. Ambos se miraron emocionados, querían saber ya si es que Deidara estaba embarazado. Tobi dejo el test de embarazo en la cama y esperaron a que pasarán los 10 minutos. Cuando por fin pasaron diez minutos Tobi abrazo a Dei.

—Aun si la respuesta es negativa, te prometo que no pararemos de intentarlo, pero por favor mi amor, ya no estés triste— como las últimas 5 veces Tobi le dijo lo mismo.

Habían hecho ya 10 test de embarazo y ninguno había salido positivo a lo cual Deidara empezó a deprimirse, está vez alzaron la prueba con cautela y la miraron temerosos, su corazón se llenó de alegría al ver las dos líneas en el test.

—¡VOY A SER PAPÁ!— Grito alegremente Tobi abrazando a Dei, mientras que el rubio lloraba.

—Seremos, papás, tendré un bebé, voy a tener un lindo bebé—. Susurraba Dei entre sollozos.

Tobi lo beso, su beso sabía salado y dulce a la vez.

—Vamos a ser papás Dei, voy a tener un bebé contigo, esto se siente como un sueño—. Instintivamente bajo a Dei y lo sentó en la cama mientras miraba su pancita—. Mi bebé, no sabes con qué alegría tu mami y yo te esperamos, en verdad estamos muy felices de que llegues a nuestras vidas—. Dei sonrió con ternura y empezó a acariciar su pancita. Un bebé, un lindo bebé.

Estaba tan feliz de que antes de la lluvia hubiera sol.

Mientras tanto con los Umino/Uzumaki

—Cariño, ¿no crees que ya es hora de regresar a casa?— Susurró la alfa mientras acariciaba la pancita de su esposa que había crecido mucho durante esos meses.

—Ciertamente lo he estado pensando pero... Quiero que Lady Tsunade e Ino atiendan mí parto, les tengo la confianza suficiente para encargarles la tarea de traer a mi bebé al mundo—. La Omega miraba con ilusión su panza.

—Sabes que no me puedo negar a nada que tú me pidas cariño, no me negaré porque te amo y quiero que tú y nuestro bebé tengan todo lo que quieran en este mundo, incluso regresaría a la academia para darles una mejor vida a ustedes—. Sakura miro a su pelirroja y le dio un beso.

—Gracias cariño, no sabes cuánto lo apreció.

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Hola, perdón por desaparecer tanto tiempo pero no me encontraba muy animada, agradezco a todos los que han leído está historia hasta el final y prometo que no la dejaré a medias voy a terminar está historia, pero por favor tengan paciencia y perdón si tardo mucho en subir un nuevo capítulo, los quiero mucho así que cuídense.

Querido secuestradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora