Responsabilidad

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Capitulo 29

La responsabilidad es una palabra que muy pocas personas conocen o más bien dicho, practican.

—¡WAAAAAA! ¡WAAAAAA!— Lloraba un bebé en medio de la noche.

—¡Agh! Kakuzu te toca—. Susurró Hidan al escuchar el llanto de su bebé.

—Ay, ya voy.

Kakuzu se levantó con pereza, fue por la bebé y luego a la cocina para prepararle un biberón.

—Ya, ya, ya—. Decía a la vez que arrullaba a su bebé.

Cuando la leche por fin estuvo lista le puso el biberón en la boca callando así los llantos. Cuando se acabó la leche la arrullo unos minutos más hasta que se quedó dormida.

—Listo—. Se acostaba en su cama a lo que Hidan solo asintió—. Creó que papi merece un premió—. Dijo insinuoso hacercandose a Hidan.

—Kakuzu—. Susurró algo molesto.

—¿Qué pasa? No lo hemos hecho desde la primera vez, por favor, eres el mamá de mi hija y no hemos tenido sexo en meses, necesito algo de atención también —. Dijo algo furioso el de ojos rojos.

—¿Y tú crees que a mí no me da miedo que me toques? Después de la primera vez no puedo confiar—. Hidan volteó con lágrimas en los ojos.

—Lo siento, ya te pedí perdón por eso, no estaba en mis cinco sentidos, entiendo que no quieras que te toqué, pero por favor, solo necesito un poco de atención—. Abrazo a Hidan y este lloro en sus brazos.

Comenzaron a darse pequeños besos y después se comenzaron a intensificar. Las parejas suelen tener muchos problemas, pero el amor nunca hará falta.

—No lo haré si no quieres—. Susurró Kakuzu.

—Yo... Aún no estoy listo—. El contrario le dio una sonrisa cálida y le dio un último beso en el cachete, Hidan podía sentir su erección.

—Ire al baño—. Cuando iba a pararse Hidan lo detuvo.

—Puedo ayudarte un poco— sus mejillas estaban más rojas que un tómate.

Kakuzu sonrió y Hidan comenzó a masajear la erección, la saco para por fin tener contacto piel con piel, empezó con el sube y baja.

Mientras tanto en otro lado no muy lejos de ahí.

—¿Estás bien? ¿Seguro que estás cómodo?— Preguntaba un azabache preocupado por su omega.

—Ya te dije que sí Tobi, no tienes que preocuparte demasiado—. El joven omega soltó una risita.

—Es que quiero que tú y nuestro bebé estén cómodos y se sientan a gustó—. Se acercó para juntar sus frentes—. De verdad me preocupas mucho cariño.

—Voy a estar bien cariño, no tienes nada de que preocuparte, yo me sé cuidar solo, ¿O acaso no confías en mis habilidades de ninja?

—Claro que confío en tus habilidades, solo que tengo miedo mi amor, tengo miedo de perderte, de perderlos—. Le dio un leve beso a Dei.

—Yo se que tienes miedo, pero te prometo que estaremos bien.

—Esta bien, ahora tengo que irme, pero por favor cuídense mucho.

Tobi cruzó la puerta y antes de cerrarla le dio una pequeña sonrisa a Deidara, otro día más, otro día más sin saber que pasa detrás de ese cuerpo tan débil.

Deidara toca su pancita que no ha crecido ni un poco.

—Cariño, por favor, nace y cuida muy bien de tu padre—. La acaricia con amor y las lágrimas recorren sus mejillas.

Mientras tanto con nuestra pareja principal.

—Ah~ Ita~—. Gime Naruto mientras es embestido por Itachi—. Se siente bien~.

—Naruto, me aprietas demasiado—. Dice Itachi al mismo tiempo que se acerca para renovar la mordida en el cuello.

—Por favor, por favor, vente dentro de mí—. Súplica Naruto y entierra sus uñas en la espalda de Itachi.

Esas palabras hacen que Itachi sienta una gran satisfacción y empieza a penetrar a Naru aún más fuerte, más rápido. Juntos llegan al orgasmo por quinta vez en ese día, Itachi se viene dentro de Naruto dejando todo su esperma para que esté pueda fecundar.

—Ah eso fue maravilloso Ita—. Naru intenta recobrar su respiración.

Itachi se levanta por un vaso de agua y le da a su querido omega uno.

—Ita, ¿Cómo crees que sean nuestros hijos?— pregunta Naru mientras se lleva el vaso de agua a la boca, Ita sonríe de medio lado.

—Seguro que serían igual de hermosos que tú, tan perfectos—. Naruto ríe, su clásica risa de niño inocente que hace enamorar otra vez a Itachi.

—Si físicamente se parecieran a mí, entonces su carácter sería como el tuyo, tan serios y fuertes, ¡Jajaja! Clásico de los Uchiha—. Itachi suelta una sonrisita.

—¡Oye! Los Uchiha no somos tan amargados—. Reprocha intentando no reírse.

—Claro que son amargados, Tu y Sasuke tienen la misma cara de hombres serios, nunca pueden tener una sonrisa.

—¿A no?— Pregunta el azabache acercándose al rubio con una sonrisa.

—Me gustaría que todos los días fueran así, que pudiéramos reír y ser felices simplemente porque si, me gustaría que sonrieras todo el tiempo y simplemente amarnos—. El rubio se acerca a Itachi para besarlo.

Juntos se besan a tal grado de empezar a excitarse de nuevo.

—¿Listo para la otra ronda?

—A este paso me van a salir trillizos Ita—. El menor hace un lindo puchero.

—Pues mejor aún, tener tantos hijos como conejos—. Los dos al instante sueltan risas.

—Entonces, llena la casa de bebés, de niños corriendo por doquier, pero tú les cambiarás los pañales—. Ita besa su cachete y se acerca a su oído.

—Pero entonces mami tendrá que darme sexo diario—. Lame su oreja y Naruto suelta un pequeño gemido.

—Papi tendrá que ocuparse de los niños, y no habrá tiempo para sexo—. Itachi comienza a meter su pene.

—Los niños tendrán que dormirse sin querer.

—Ah~ Itachi, hazme todos los cachorros que quieras—. El rubio se ve envuelto en la excitación y la calentura.

Itachi comienza a moverse volviendo a empezar otra ronda para intentar dejar embarazado al pequeño Naru, ya desean que su bebé nazca muy pronto. 

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Lamento la tardanza, pero últimamente no me encuentro tan inspirada, denme ideas para el próximo capítulo por favor, espero que tengan un buen día, Chau.

Querido secuestradorWhere stories live. Discover now