The Mastermind

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¡EL INVENCIBLE DIOS DE LA DESTRUCCIÓN!

VS

¡EL SENADOR MÁS MAMADO DE LOS ESTADOS UNIDOS!

¡¡ESTE ES EL COMIENZO DE LA QUINTA RONDA!!

Mientras el destructor de mundos se estiraba, emocionado por el inicio de la batalla, todos los dioses de la India se reunieron en las gradas tras él para apoyarlo.

—¡Shiva!—gritaban—. ¡¡Muéstrale todo nuestro odio!!

—Querido~ ¡¡Esfuérzate!!—pidió Parvati, la esposa de shiva.

—Señor Shiva, buena suerte—deseó Kali, la segunda esposa de Shiva.

La punta de un báculo golpeó el suelo, y una tercera mujer se paró imponente en las gradas.

—¡Un solo golpe del señor Shiva es suficiente para matar a ese humano!—exclamó Durga, la tercera esposa de Shiva.

El barritar de un elefante sobresalió entre la multitud de gritos:

—¡Papá! ¡Buena suerte!—gritó Ganesha, el dios de la abundancia, e hijo de Shiva.

—¡¡Vamos Shiva!!

El destructor sonrió e hizo un gesto con una mano para agradecer por el apoyo.

—Je Je...

Una gran compuerta metálica se abrió sobre el ahora destruido Metal Gear, de la cual salió una gran cápsula esférica.

Una puerta con rampa se despegó frente a Shiva, y de entre el humo, salió un gigantesco hombre vestido con pantalones formales, una camisa blanca, una corbata en el cuello y un par de lentes sobre los ojos.

—Slippery little bastard—gruñó, mientras se acomodaba la corbata—. No tengo tiempo para esto.

El dios se puso en guardia, mostrándose imponente frente al humano, con dos de sus brazos listos a sus costados y otros dos estirados tras su espalda para tomar impulso.

—¿Listo para morir?

Armstrong flexionó ambas piernas y balanceó su peso de un lado a otro, como el inició ritual de un luchador de sumo, alzando una pierna en alto y luego dando un fuerte pisotón al metal bajo sus pies.

El suelo comenzó a temblar furiosamente una vez más.

—¡¿Qué demonios estás haciendo?!—preguntó Shiva.

El senador rugió con todas sus fuerzas, una luz verde esmeralda comenzó a emanar desde la maquina destruida, y decenas de enromes cables de alimentación salieron desde el interior del EXELSUS, subiendo por el cuerpo del Metal Gear hasta terminar levitado cerca del cuerpo de Armstrong.

Aquel resplandor verde comenzó a ser absorbido por el cuerpo del humano, llenándolo de energía.

Shiva se rascó la cabeza.

—¿Es uno de tus rituales?—preguntó confundido—. Supongo que no puedo negarme...

Shiva se tambaleó por la fuerza del temblor, pero la cosa no pasó a nada más.

Hermes observaba la escena silenciosamente, con los brazos cruzados tras la espalda, parado sobre los escombros de lo que había sido el palco VIP.

No muy lejos de allí, recostado entre las rocas, Loki miraba a la nada con los ojos ensombrecidos.

—Querido Ares...—murmuró—. ¿Aún no regresa del baño?

Hermes se volvió hacia él.

—Dudo que vuelva pronto, aún le quedan muchas lágrimas.

Una Nueva Frontera (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora