Machi Bhasad

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Las grandes puertas de un salón decorado con estética japonesa se abrieron de par en par, permitiendo la entrada de dos individuos a las instalaciones.

—Hmm, flores de cerezo...—murmuró Monsoon, de los vientos de la destrucción.

—Yeah...—gruñó Armstrong a su lado.

El ciborg miró a su empleador.

—¿Lo tomo como que no eres muy fanático?

El senador se volvió para verlo.

—No—respondió tajante, al tiempo que con asco se quitaba un pétalo rozado del saco—. Me enferman. Sabía que el equipo de Johnson estaba trabajando en algo lujoso para la nueva recepción... pero, Jesus...

El hombre se inclinó sobre el pequeño riachuelo que corría por el complejo.

—When I get my hands on that candy-ass...

Armstrong se reincorporó, volviéndose hacia Monsoon, quien observaba silenciosamente con los brazos cruzados tras la espalda.

—Tendrá suerte si puede tan siquiera sacar su caja de mierda fuera de este edificio.

—Heh...—Monsoon se dio la vuelta—. ¿Es realmente tan horrible? Sólo son árboles.

Armstrong miró las ramas que se alzaban sobre su cabeza.

—Pasarán de estar repletos de pétalos a quedar desnudos en una semana. ¡Una puta semana! En todos lados en D.C escuchas decir "Oh, es tan efímero y hermoso..." Patético.

El senador miró a su empleado.

—¿Qué es lo que tú piensas?

Monsoon extendió las palmas de las manos.

—Naturaleza es sólo naturaleza. No hermosa, no horrible. El viento sopla, las flores flotan lejos. Es simplemente como son las cosas.

—Heh...

Armstrong se acomodó los lentes y comenzó a caminar.

Monsoon volvió a cruzarse de brazos tras la espalda.

—En cualquier caso, Minuano debería estar cerca.

—Minuano...—murmuró Armstrong—. El Frío Viento Brasileño.

Monsoon sonrió con sadismo.

—A.k.a. Jetstream Sam...

—Samuel Rodrigues no es su problema más inmediato—dijo una nueva voz desde sus espaldas.

Ambos humanos cibernéticamente mejorados se volvieron hacia sus espaldas, encontrándose con que, parada en el puente de madera que cruzaba sobre el riachuelo, estaban siendo observados por una joven de vestido blanco y ojos verdes.

Monsoon desenvainó sus sais, las cuales se cargaron con un campo electromagnético, y tomó una granada de humo.

Armstrong lo detuvo, interponiendo su gigantesco brazo izquierdo entre él y la joven.

—Espera—ordenó, antes de volverse hacia la desconocida—. Es sorprendente que hayas superado todas nuestras medidas de seguridad, señorita.

La joven hizo una respetuosa reverencia, aunque por dentro estaba nerviosa y algo preocupada.

—Mi nombre es Brunhild, de las valquirias—reveló—. Y le tengo una propuesta de negocios, Senador. Pero antes dígame, ¿qué tanto le interesa ser presidente?







—Time to end this—gruñó Armstrong.

Shiva tosió con dolor, tratando de reincorporarse.

—Hombre, ¿qué demonios te sucede?—preguntó—. Te ves como si estuvieras disfrutando esto...

El senador se sentó a horcajadas sobre el estomago del dios, inmovilizándolo, para acto seguido alzar los puños y comenzar a golpear el rostro del dios una y otra vez, cada vez un poco más rápido.

Armstrong retrocedió muy levemente para tomar impulso antes del siguiente golpe.

—¿Ya quieres acabar con todo, eh?—murmuró Shiva con dificultad—. ¡¡Atácame con todos lo que tengas!!

Armstrong comenzó a golpear una vez más a su rival, más y más y más rápido.

—Die! Die!

Armstrong desató un brutal torrente de puñetazos sobre el dios antes de levantar por lo alto el brazo derecho, listo para asestar su aplastante golpe final.

—Die, you piece of shit!!

El puñetazo de Armstrong aterrizó sobre su rival, y el campo de batalla fue envuelto en una explosión. Grandes trozos de metal saltaron por los aires, y el Metal Gear EXELSUS fue completamente destruido.

Ambos oponentes terminaron en el centro de un gigantesco cráter ígneo, rodeados por los restos aplastados y ardientes de la maquina de guerra.

Shiva no se movía en lo absoluto.

Armstrong hizo crujir sus nudillos mientras veía su cuerpo rendido.

—All right, creo que ya terminamos aquí...

Una Nueva Frontera (Reescribiendo)Where stories live. Discover now