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Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "La llamada del Deseo" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.


Izumi se frotó el abultadísimo vientre de embarazada y miró el frasco de mermelada de cereza.

No. De ninguna manera —le dijo al bebé dentro de su vientre.

El bebé se movió; sus emociones irradiaban hambre.

Profirió un gruñido y cogió el frasco, lo abrió y metió la cuchara en la mermelada. Tendría que haberle sabido demasiado dulce, demasiado fuerte. En cambio era ambrosía en su lengua. Incapaz de reprimir un gemido de placer goloso, se apoyó en la encimera de la cocina del personal en las oficinas de los Sharingan y lamió la cuchara. Resultaba tentador comerse una segunda cucharada, pero a pesar de los voraces deseos del bebé, le puso la tapa y guardó la mermelada.

No es bueno para ti —le dijo a su bebé—. Ya hemos comido helado de cereza y chocolate.

—Tienes un poco de mermelada. —Itachi le hizo un gesto con el dedo desde la puerta.

Izumi dejó la cuchara en el lavavajillas y se acercó.

—¿En serio?

—Hum. —Itachi se inclinó para lamerle la mermelada con una pasada rápida y felina de su lengua al tiempo que le acariciaba el abdomen con ternura y gesto posesivo—. Mmm, cereza.

En su mente escuchó una risa de puro placer. Su bebé conocía a su papá.

—Cada día estás más hermosa —le murmuró al oído; su aliento era tibio, su cuerpo, sensualmente familiar.

La mano de Izumi ascendió por su hombro hasta amoldarse a su nuca.

—Sedúceme un poco más.

Itachi le brindó una risita y algunas palabras picantes, que hicieron que se le encogieran los dedos de los pies.

—Naruto está listo para llevarte a casa —dijo al fin—. Aunque a lo mejor debería hacerlo yo.

—Entonces no conseguirías trabajar. —Incapaz de resistirse a esa expresión en los ojos verdes de pantera, tiró de él para reclamar un único y apasionado beso—. Y ahora, pórtate bien.

Itachi rió mientras le ponía una mano en la zona baja de la espalda y la acompañaba al ascensor.

—Quiero mantener una reunión con los centinelas esta noche para tratar de temas de seguridad. ¿Te apetece?

—Pediré la pizza. —Le acarició el cuello con la cara cuando Itachi se detuvo para apretar el botón de llamada y oyó un par de aullidos de lobo a su espalda.

Itachi esbozó una amplia sonrisa.

—¿Qué tal se encuentra nuestra princesita?

Le había pedido a Izumi que no le dijera el sexo de su hijo, pero estaba convencido de que era una niña.

—El bebé, que puede que sea niña o puede que no lo sea, está bastante activo e interesado en el mundo esta mañana. —Su retoño poseía una mente inquisitiva—. Con un alto nivel de actividad psíquica.

Itachi esperó hasta que estuvieron dentro del ascensor para hablar.

—¿Alguna idea de qué tipo?

—Fuerte telepatía, pero es difícil saber qué más aparte de eso —respondió Izumi —. Tendré una charla con el médico de Shine para ver si tiene alguna idea de cómo medir mejor las dotes psíquicas del bebé.

La Llamada del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora