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Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "La llamada del Deseo" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.


A Sakura se le erizó el fino vello de los brazos.

—¿Para qué?

—Tienes que llegar al lago antes de que te atrape. —En los labios de Sasuke se dibujó una pausada y provocativa sonrisa que golpeó a Sakura directamente en el estómago—. Veamos si eres tan lista como para engañar al lobo.

—¿Por qué querría hacer eso? —Sakura había pagado sus deudas, se había ganado su estatus—. ¿Es una prueba?

—No.

Sakura cruzó los brazos y separó los pies, adoptando una postura defensiva.

—Entonces no tengo que hacerlo.

—Yo te pido que lo hagas. —Ladeó la cabeza en un gesto nada humano—. ¿Te da miedo perder?

Sakura apretó los dientes.

—Puedo ganarte con los ojos cerrados.

—Me muero de miedo. —El lobo se estaba riendo de ella.

Si hubiera podido aullar, Sakura lo habría hecho en el acto.

—¿Se te permite dar un rodeo hasta el lago y esperarme?

Él era más rápido y ganaría a pesar de la ventaja.

Pero Sasuke negó con la cabeza, haciendo que algunos mechones de ese impresionante pelo cayeran sobre su frente.

—Entonces ¿dónde estaría la diversión?

Sakura sabía que él la había manipulado para que aceptara el desafío, pero su vena competitiva se había despertado y no dejaría que se echara atrás.

—Vale. Prepara el cronómetro.

—Hecho. —Sasuke cerró los ojos—. Antes de que te vayas debería decirte qué te llevarás si ganas.

—¿Qué?

—Una sorpresa.

Oh, cuánto desearía tener la capacidad de aullar.

—¿Y si pierdo?

—Puede que te tire al lago. Puede.

Sakura se puso en marcha; no confiaba en él lo más mínimo cuando aquella sonrisita revoloteaba en sus labios. Sasuke era mucho, muchísimo más rápido que ella; le había visto correr y esa imagen le había formado un nudo en la garganta. Su cuerpo era la encarnación de la máquina viviente más hermosa, todo nervios y tendones, músculos y fuerza, y la aventajaba también en lo referente a la velocidad, de modo que no tenía ninguna posibilidad.

Pero había otras formas de pelearse con un lobo.

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Hombre y lobo estaban un poco decepcionados con Sakura. Ella había ido en línea recta hacia el lago y ni siquiera había intentado aprovechar los riachuelos cercanos para enmascarar su olor. El intenso rastro de especias silvestres y hojas otoñales se derramaba ante sí, como un señuelo inconfundible para su lobo. Tendría que tener una...

—¡Joder!

De repente estaba bocabajo, viendo la tierra cubierta de agujas de pino pasar a unos cuantos centímetros por debajo de él, con el tobillo atrapado en una soga. Se retorció para mirarse el tobillo y negó con la cabeza. Y miró una vez más. Entonces se echó a reír. «Chica lista, muy lista.» No era una soga, sino una gruesa enredadera que crecía por doquier en aquella zona. Sakura tenía que haber empleado la mayor parte de los veinte minutos de ventaja que le había dado en montar esa trampa. Una trampa que normalmente habría esquivado... si no hubiera subestimado la destreza de Sakura en aquel campo de juego. Le estaba bien empleado por ser un gilipollas arrogante.

La Llamada del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora