𝒊𝒏𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒔 [Cʜᴀsᴇ Dᴀᴠᴇɴᴘᴏʀᴛ x Fᴇᴍ Oᴄ] EN EDICIÓN

09. Pánico

CHARLOTTE

¿Por qué tuviste que irte y abandonarme? ¿Por qué te ves en la necesidad de volver a mi vida? Para mí no eres más que una sucia rata de cloaca que no se merece ni el más mínimo respeto. Primero me abandonas, y luego pretendes que te perdone.

No, no puedes volver así porque sí. No puedes y no te lo permitiré. No después de los que les has hecho a ellos, a él... Sabías cuánto me importaba porque has estado espiándome desde las sombras, por ello le atacaste primero, porque eres una persona cobarde.

Me da asco mirarte a la cara y ver qué nos parecemos físicamente, es como si mi cara fuese la tuya y eso me pone enferma. Me pone enferma imaginarme a ti cogiendo de la mano, abrazándome, dándome achuchones.

Eres una persona cruel, despiadada y sin escrúpulos que sabe lo que quiere, y si eso significa tener que pisotearme una y otra y otra vez lo harás, porque así eres tú, un monstruo arruina vidas que solo piensa en su propio.

Empezaste atacándola a ella, porque sabías que si la eliminabas de la ecuación, no tendríamos manera de ir a buscarla, luego al grandullón... en ese momento me empecé a cabrear de verdad, oh, y no sabes cuánto... Le eliminaste porque tenías miedo de lo que era capaz de hacer si no se controlaba un poco. Podía romperme en mil pedazos de un solo golpe.

Por último acabaste con él, con la persona que más me importa en el mundo, no porque fuese peligroso, que lo es, sino para hacerme daño a mí. Sabías que con lo anteriores me enfadaría, pero con él sabías que me romperías el corazón si le veía herido. Grave error.

Cuando era niña me prometiste un futuro en el que yo no iba a sufrir, un futuro en el que todos los problemas del mundo estarían resuelto, que los villanos estarían encarcelados, e ilusa de mí sonreía emocionada sin saber que tú eras uno de esos villanos.

Por eso ahora, que te tengo entre mis manos llenas de tu sangre, mirando tu cara hinchada y casi destrozada no puedo evitar sentir cierto tipo de calma al saber que ya no podrás hacerme más daño, ni a mí ni a los que quiero. 

Da gracias que me ha gritado que no te matase, porque créeme, lo habría hecho encantada, pero él tiene moralidad, cosa que respeto, pero en este caso tengo que discrepar. Pero aún así te dejo respirar, no porque quiera, sino porque necesito ver que él está bien, que no tiene nada roto, que puede seguir siendo él.

Te dejé en el suelo con la esperanza de que no te moviese, pero me agarraste el tobillo suplicando perdón, pero ¿cómo podría perdonarte después de todo lo que me has hecho pasar? El perdón te lo tienes que ganar, y tú lo único que has ganado ha sido mi odio.

-No te mereces nada en la vida.- digo mientras suelto tu agarre.