Capítulo 18

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Acabo de cerrar la última caja con mis cosas las cuales me llevaré a mi nuevo hogar.

—Bendita cinta — Insulto a la pobre cinta adesiva que no tiene la culpa de haberse acabado sino quien la tiene soy yo al haber usado demasiada en cosas innecesarias.

Al final decido dejar esta caja sin sellar y me lanzo a la cama, estoy agotada, he estado haciendo limpieza todo el día, hoy es viernes y me lo han dado libre al igual que la semana próxima completa ya que mi traslado llegó antes de tiempo y por políticas de la empresa dan una semana libre a las personas que se casan, así que tomaré esa semana libre, y las vacaciones que no tomé el año pasado ni este año las tomaré ahora y pues, son dos meses y medio libres que me tocan, eso es tiempo suficiente para mi luna de miel y adaptarme a mi nueva ciudad antes de sumergirme nuevamente en el trabajo, por cierto, al final elegí quedarme ejerciendo como psicóloga y poner a un lado la medicina, lo puse en oración y siento que es mejor hacerlo así.

Hoy vendí mi casa y pues tengo que sacar lo que llevaré conmigo y lo demás lo dejo a los nuevos dueños, son una pareja joven que se acaba de casar y pues les gustó este pequeño espacio hasta que lleguen los niños.

A mediados de la semana se mudarán, por lo que tendre que mudarme a la casa de mis papás hasta que sea el día de la boda.

A la luna de miel solo llevaré una maleta, las demás cosas las llevará un amigo de Ethan en su camioneta directo a mi nuevo hogar. Por cierto, mañana me voy de tienda con mis amigas de la iglesia a comprar "cositas sexis " como lo catalogó Luisa, según ella eso es mas importante que cualquier cosa que vaya a necesitar para mi vida matrimonial.

De Luna de miel nos quedaremos 15 días, creo que es tiempo suficiente para empezar a convivir con el amor de mi vida, con el hombre que Dios destinó para mí.

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De camino al centro de la ciudad las chicas y yo vamos muy divertidas hablando de todo un poco.  Al final solo vinimos Mariela, Luisa, Maíra y yo.

—Ros, no te vayas a desmayar cuando le veas en pelota por favor.  Tu solo actúa natural — las chicas explotan en risas y me contagia un poco. La verdad es que estoy un poco nerviosa, en 8 días dejaré de ser virgen y me preocupa no se qué cosa. Soy psicóloga, este tipo de temas los he hablado mil y una vez en consulta pero al ser mi caso es totalmente diferente.

— Ni que fuera para tanto, soy médico, he visto la anatomía masculina completa — digo com una risilla nerviosa.

—No es lo mismo, te aseguro que vas a querer saltarle encima en cuanto veas a tu chico con poca ropa — Luisa confirma el comentario y mariela solo ríe.

—A menos que se ponga tan nerviosa que no pueda hacer nada — Gracias mariela, creo que es justo lo que pasará, digo para mis adentros

Hace tres semanas Ethan vino a visitarme, y pues, nos besamos por primera vez, no se si fue la primera para él pero para mi lo fue. Estaba bastante nerviosa a decir verdad no creo que haya sido un gran beso aunque él me aseguró que fue lo mejor que le había pasado en la vida aparte de conocerme y de Dios. 
El segundo fue un poco más normal y con menos nervios.

Hace una semana volvió a visitarme unas horas y pues tuvo lugar un beso que causó reacción en los dos, nunca me había sentido así de excitada, quería no parar jamás y al estar abrazados pues sentí un pequeño bulto entre los dos, lo que nos llevó a prometer que no nos besariamos más de esa manera hasta después de casarnos, y en realidad fue una muy buena decisión, ya que aún rato después de habernos alejado sentía esa corriente correr por mi cuerpo, muy placentera pero a la vez muy peligrosa.

—Tierra llamando a Rosalen — Los dedos de Luisa truenan en mi cara sacándome de mis pensamientos. — ya llegamos— señala al frente la primera tienda donde vamos

El esposo que pedí - ROMANCE CRISTIANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora