CAPÍTULO 3

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A la mañana siguiente, Jungkook fue el primero en despertar.

Había dormido tan bien y es que, la calidez que su novio emanaba era tan agradable que quería seguir abrazándolo todo el día hasta que la noche llegara de nuevo.

Pasaba tanto tiempo en su trabajo y ocupado con la universidad que no tenía lo suficiente para estar con Taehyung, tener citas o incluso vivir juntos como algunas parejas normales. No obstante, también sabía que él estaba de la misma manera. Pasaba todo la noche trabajando y le daba pena pensar que llegaba a casa solamente a dormir, después de todo, un médico forense tenía muchas más cosas que hacer.

Desvió la mirada hasta el reloj notando que eran ya las 10 de la mañana por lo que, sería bueno despertarlo con un desayuno.

Fue ahí cuando, con cuidado, se levantó de la cama yendo así hasta la cocina preparándose un café antes que todo.

Amaba despertar en aquel lugar, todo era tan tranquilo y... hermoso. Nada comparado a lo suyo en dónde las 24 horas del día habían ruidos de la ciudad.

Después de unos minutos, comenzó a pensar qué sería bueno para el desayuno. El refrigerador estaba lleno de comida, especialmente de carne. ¿Sus abuelos en serio habían enviado todo eso?, aunque, pensándolo bien, seguramente a su madre le hubiese gustado obtener un poco. Se iba a pudrir si lo dejaba ahí.

— El cuchillo... —musitó buscando aquel objeto en toda la cocina. Habían muchos tipos pero, no eran tan filosos como para cortar el pan, incluso esos lo destruían un poco así que, necesitaba el de sierra—. ¿Dónde podrá estar? —se preguntó así mismo.

Siguió buscando por toda la cocina pero no lo encontraba. Todos eran bastante feos y sin filo.

La semana pasada había visto que él había comprado un paquete de todo tipo de cuchillos pero, ¿dónde estaban?

— Oh, puede que... el sótano —murmuró.

Volvió a colocar el pan dentro de aquella bolsa para luego ir directamente a aquel lugar que le daba un poco de miedo. No había estado ahí ni una sola vez y no sabía si tenía cosas ahí guardadas pero, creía que tal vez.

Aunque, era raro tener algo que acabas de comprar ahí pero, no perdía nada con intentar buscar.

Estando ya en aquel pasillo, caminó hasta aquella puerta con total normalidad, tomó el pomo de esta misma, lo giró y... ¡PUM!

La puerta se cerró de inmediato.

Jungkook dio un pequeño brinco del susto. No lo había escuchado en absoluto, ¿desde cuando estaba despierto?

— ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó un poco serio.

— Ay Dios... —posó su manos sobre su pecho— me asustaste —rió.

— Te he dicho que no vengas a este lugar. No hay luz y puedes caerte.

— Lo sé, lo sé, es sólo que estaba buscando un cuchillo.

— ¿Cómo sabes que los tengo aquí? —frunció levemente el entrecejo— es decir... —carraspeó— no tengo nada aquí, los cuchillos están en la cocina.

— Pues no hay nada, estaba buscando uno de sierra para cortar el pan pero... no estaba —desvió la mirada hasta la puerta de nuevo.

— Ay mi amor —volvió a su típica forma de ser— luego los buscamos, ¿si? —sonrió— ¿Qué te parece si volvemos a la cama? Hay mucho frío —musitó tomándolo de la cintura.

— Quería preparar el desayuno —puchereó— ¿no tienes hambre?

— No tanto, bebé —mantuvo la mirada en él— volvamos a la cama y... luego cocinamos, ¿si?

PLACER PROHIBIDO, SABOR MACABRO.Where stories live. Discover now