CAPÍTULO 15 - MARATÓN 4/5

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1:00 p.m.

Taehyung colocó aquella mascarilla sobre su rostro seguido de colocar los guantes de látex. Posicionó cada una de las herramientas en su respectivo lugar, acomodó su bata y antes de empezar, colocó música en una pequeña radio que se encontraba sobre la encimera.

Suspiró profundo y sonrió ante aquel cadáver frente a él. Observó detenidamente cada parte del cuerpo tratando de buscar a simple vista las pistas obvias sobre su muerte.

— Señor, ¿es... apropiado tener música durante el trabajo?

Kim desvió de inmediato su mirada hasta aquel chico. Había olvidado que el novato estaba ahí para ayudarle, algo que... agradecía pero que no necesitaba. No obstante, no iba a mandarlo con otro forense pues sabía que nadie de ahí lo hacía tan bien como él.

— No —respondió sonriente— pero... es más tranquilo.

— ¿Ahora hay que drenar la sangre o limpiarlo? —preguntó curioso y algo tímido— ¿hay que buscar más pistas...?

El mayor permaneció en silencio. Llevó su mirada al cuerpo de aquella mujer observando de forma detenida su rostro. Bajó lentamente hasta su boca, luego a su cuello notando las marcas moradas alrededor de dicha zona, bajó hasta sus senos, abdomen, brazos y...  muñecas, siendo ahí ahí cuando algo llamó su atencion.

Tomó con cuidado tal extremidad y se detuvo por unos segundos notando las cicatrices sobre su antebrazo.

— Es la tercera en esta semana con estas heridas —musitó— y siempre son cortes incorrectos —rió.

— ¿Incorrectos?

— Si quieres morir al instante, lo que debes cortar es... —llevó su dedo índice apuntando su cuello— aquí.

— ¿El cuello? Pero, señor, esto--

— ¿No lo crees? —preguntó curioso—. Es obvio que ante cualquier hemorragia puede morir una persona, claro, dependiendo de la gravedad, pero, si alguien quiere morirse entonces debería cortar algo más sensible que sus muñecas. Aquí solo son... lesiones no suicidas —suspiró—. Si tantas ganas de morir tienen... ¿por qué no se clavan el cuchillo en el cuello?, o en el abdomen, en el corazón..., en sus pulmones e incluso en la arteria femoral —señaló el muslo de la fémina.

— ¿Usted... está a favor del suicidio?

— Por supuesto que no —rió—. Hay muchas maneras de llegar a la muerte de una forma más divertida —musitó.

El menor se mantuvo en silencio. Él hablaba con tanta seguridad, con sarcasmo e ironía al punto de ver la muerte como un chiste. Entendía que veía esto todos los días pero... ¿al punto de dar ese tipo de charlas?

— Bien, primero debes limpiar el cuerpo. Respondiendo a tus preguntas anteriores: no, por el momento nosotros somos tanatopractores, no médicos forenses. El cuerpo ya fue investigado así que nuestra trabajo es simplemente limpiarlo —habló tomando aquel balde junto con la esponja—. Las pruebas ya fueron recaudadas.

— Lo siento, es que es mi primer día y...

— No me interesa, niño —entregó aquellas cosas— si estás aquí es porque estudiaste lo suficiente. Así que, ahora debes desinfectar el cuerpo, yo me encargaré de masajearlo después —observó el cadáver— luego pasaremos al drenaje y... todo lo demás —sonrió volviendo la mirada al azabache.

— Bien —respondió nervioso.

— ¿Si sabes lo que contiene el agua, no?

— Etanol, formaldehído, metanol y... —tragó saliva.

— Agua —completó.

El menor permaneció en silencio, los nervios estaban haciéndolo olvidar cosas que eran básicas en aquel trabajo. Incluso comenzaba a sentir náuseas al estar frente a un cuerpo. Era como la primera vez y tenía mucho miedo.

Por otro lado Taehyung se encontraba observando detenidamente las acciones del adverso. Los recuerdos venían a su mente y la sonrisa no tardó en aparecer.

Sabía tantas cosas que su yo del pasado no creería. Pero, por suerte, logró esconder y ejercer muy bien sus actos contra los cuerpos de aquellos pobres imbéciles. Quería volver al día en el que sintió tanto placer al cortar el cerebro, o quizás al día en que pudo cortar la carne de forma perfecta para evitar la hemorragia desenfrenada.

Era una lástima que sus primeras presas habían recibido al inexperto Taehyung, pero por suerte, las próximas tendrían más limpieza.

•   •   •

Jungkook suspiró alejando su mirada de aquellos papeles. El dolor de cabeza se hacía más fuerte por lo que los masajes en sus sienes se hacían más recurrentes, no obstante, no servían.

Necesitaba descansar, necesitaba alejarse del mundo real durante un largo tiempo.

— ¿Terminarás pronto? —preguntó Namjoon adentrándose a aquella sala.

— Oh, Sunbae, buenas tardes —sonrió cansado.

Kim sonrió.

— Te traje un poco de comida. Es una lástima que el jefe te pusiera a trabajar en lo mismo —colocó aquella bolsa frente al menor— pero, con una buena comida, eso se solucionará un poco.

— Gracias, no debías de molestarte —sonrió. No iba a negarse, realmente necesitaba la comida—. De alguna forma lo agradezco —murmuró— no aguantaría estar fuera durante tanto tiempo en este estado.

— ¿El dolor sigue? Deberías ir al médico, esa caída debió haber sido muy fuerte como para que no puedas caminar bien —se sentó a su lado.

Jungkook mantuvo la mirada sobre la comida. Se sentía mal por mentirle pero no iba a decirle que estaba así por su novio. Además, estaba seguro de que podría incluso incomodárse mucho más de lo normal. Sabía cómo reaccionaban los heteros ante problemas de homosexuales y... no quería arruinar eso con él.

— Debes aguantar, mañana tendremos descanso —revolvió aquellos cabellos rubios y hermosos—. Hablaré con el jefe para que entienda que debes descansar sin ser molestado por trabajo a la distancia —sonrió.

— Sunbae... —observó directamente a aquellos ojos— haces mucho por mi, ¿cómo podré agradecerte?, además, lamento ser un inútil y que tú debas hacer todo por mi.

— Jungkook...

— Yo no era así, es solo... que me estoy cansando de una forma que no entiendo y mi novio ni siquiera me presta atención.

Namjoon suspiró. Era extraño pero quería decirle que él estaba ahí y no debía necesitar a aquel tipo pero, era obvio que esas palabras no eran las correctas.

No sabía cómo expresarse hacia él. Desde unos meses atrás había sentido algo diferente cuando se encontraba a su lado, algo que... ni siquiera lograba con las chicas. Jungkook era un chico especial y pronto descubriría la razón de todo su sentir.

Por el momento, iba a apoyarlo, incluso con el estúpido de su novio.

PLACER PROHIBIDO, SABOR MACABRO.Where stories live. Discover now