Capitulo 21:

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Durante las dos semanas siguientes, Ginny tuvo la impresión de que llevaba una especie de talismán dentro del pecho, un secreto íntimo que la ayudaba a soportar mejor las clases de la profesora Umbridge y que incluso le permitía sonreír de manera insulsa cuando la miraba a los espantosos y saltones ojos (de paso, aprovechaba para sacarle el dedo medio cuando se daba la vuelta). Harry, ella y el ED le oponían resistencia delante de sus propias narices, practicando precisamente lo que más temían Umbridge y el Ministerio, y durante sus clases, cuando se suponía que Harry y Ginny estaban leyendo el libro de Wilbert Slinkhard, lo que hacían en realidad era conversar mentalmente sobre los momentos más satisfactorios de las últimas reuniones del ED: Neville había conseguido desarmar a Hermione; Colin Creevey había realizado a la perfección el embrujo paralizante; después de tres sesiones de duros esfuerzos, Parvati Patil había hecho una maldición reductora tan potente que había convertido en polvo la mesa de los chivatoscopios...

Resultaba casi imposible escoger una noche a la semana para las reuniones del ED, porque tenían que adaptarse a los horarios de entrenamientos de cuatro equipos de Quidditch, que muchas veces se modificaban debido a las adversas condiciones climáticas. Pero eso no preocupaba a Ginny: Harry le había dicho (y tenía razon) que era mejor que sus reuniones no tuvieran un horario fijo. Si alguien estaba observándolos, iba a costarle mucho descubrir un sistema predeterminado.

Hermione no tardó en idear un método muy ingenioso para comunicar la fecha y la hora de la siguiente reunión a los miembros del ED por si había que cambiarlas en el último momento, porque habría resultado sospechoso que los estudiantes de diferentes casas cruzaran el Gran Comedor para hablar entre ellos demasiado a menudo. Entregó a cada uno de los miembros del ED un galeón falso (Ron se emocionó mucho cuando vio por primera vez el cesto, convencido de que estaba regalando oro de verdad).

--¿Ven los números que hay alrededor del borde de las monedas?-- dijo Hermione mostrándoles una para que la examinaran al final de su cuarta reunión. La moneda, gruesa y amarilla, reflejaba la luz de las antorchas --En los galeones auténticos no son más que un número de serie que se refiere al duende que acuñó la moneda. En estas monedas falsas, sin embargo, los números cambiarán para indicar la fecha y la hora de la siguiente reunión. Las monedas se calentarán cuando cambie la fecha, de modo que si las llevan en un bolsillo lo notarán. Tomaremos una cada uno, y cuando Harry y Ginny decidan la fecha de la siguiente reunión, uno de ellos modificará los números de su moneda, y los de las demás también cambiarán para imitar los de las de Harry y Ginny porque les he hecho un encantamiento proteico-- Las palabras de Hermione fueron recibidas con un silencio sepulcral. Ella observó a sus compañeros, que la miraban desconcertados --No sé, me pareció buena idea-- balbuceó --Porque aunque la profesora Umbridge nos ordenara vaciar nuestros bolsillos, no hay nada sospechoso en llevar un galeón, ¿no? Pero..., bueno, si no quieren utilizarlas...--

--¿Sabes hacer un encantamiento proteico?-- le preguntó Terry Boot.

--Sí--

--Pero si eso..., eso corresponde al nivel de ÉXTASIS-- comentó con un hilo de voz.

--Ya-- repuso Hermione intentando parecer modesta --Ya..., bueno..., sí, supongo que sí--

--¿Por qué no te pusieron en Ravenclaw?-- inquirió Ron mirando a Hermione con una sonrisa boba --¡Con el cerebro que tienes!...--

--Verás, el Sombrero Seleccionador estuvo a punto de mandarme a Ravenclaw-- contestó Hermione alegremente --Pero al final se decidió por Gryffindor. Bueno, ¿qué dicen? ¿Quieren usar los galeones?--

Hubo un murmullo de aprobación general, y los compañeros se acercaron al cesto para tomar su moneda. Harry y Ginny se miraron, y luego miraron a Hermione.

Nuevo Comienzo (5 Libro) (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora