23: Propuestas.

22.9K 2.1K 421
                                    

Alida

— ¡AAA COMO TE ODIO MALDITA MATEMÁTICA! —gritó Elliot, exasperado. Cerró de golpe el cuaderno y lo fulminó con la mirada como si eso resolviera los ejercicios.

— ¡CHIST! —silenció una chica de otra mesa de la biblioteca y Elliot la ignoró.

Yo solo reprimí una risa al ver la actitud del pelirrojo y trataba de entender los ejercicios de matemáticas. Valeri y Ashley habían ido a comprar bebidas y Sebastián tenía que hablar con el entrenador. Como casi estábamos por finalizar el año escolar teníamos varias pruebas encima, y una de ellas era el examen de admisión a la universidad.

Gracias a Valeria supe que universidades tenían la carrera que deseaba estudiar, lo malo era la distancia.

— Despiértame cuando nos vayamos —me dijo Elliot cruzando sus brazos sobre la mesa y recostando su cabeza en ellos.

Asentí y regresé mi atención al cuaderno, agarré la calculadora para asegurarme de los resultados por segunda vez, una nunca sabe. Valeri regresó con algunos jugos en latas y los dejó en el centro de nuestra mesa, no se como le hizo para que la bibliotecaria la dejará entrar bebidas.

— ¿Te decidiste a cuál aplicar? —me preguntó con voz suave. Sabía a que se refería.

— Elliot aplicará para Florida, la más cercana que tengo es la de Virginia Occidente —respondí.

Ella hundió las cejas, curiosa.

— ¿Y Patterson?

— No lo sé, estoy segura de que él tiene varias propuestas para una beca deportiva —contesté encogiéndome de hombros. No me había puesto a pensar en eso, ¿lo nuestro iba a durar tanto como para ir a la misma universidad? ¿Él se iría a otro país a estudiar?

— Vamos, chica. ¿Estás segura con él? —dijo de repente Val con una leve sonrisa—. Porque yo a él lo veo tan seguro que a veces parece que estará a punto de arrodillarse para pedirte matrimonio.

Me reí a lo bajo, nerviosa. A veces me preguntaba cómo era posible que ahora yo estaba enamorada de aquel chico que me robó un aguacate en el supermercado.

Nos quedamos en silencio y ambas regresamos a nuestros cuadernos mientras Elliot ya estaba dormido, le quité el cuaderno de abajo para que no lo babeara y se reacomodó. Sonreí al verlo dormir y peiné ligeramente su cabello hacía atrás.

El suave choqué de otra cabeza con la mía me hizo desviar la mirada de mi cuaderno.

— Perdón por tardar, pero mira esto —dijo Sebastián con una ligera sonrisa, sentándose a mi lado.

Lo miré con curiosidad y giré mi dorso hacía él. Dejó varios sobres sobre la mesa y frunció los labios como si quisiera decir que no sabía que hacer con tanto papel.

— ¿Qué son? —fruncí el ceño y tomé un sobre para leer la cara.

— Becas deportivas, pero eso no es lo importante —respondió y le di una rápida mirada a Valeri diciéndole un "Te lo dije" respecto a las propuestas—. No se como te lo tomes.

Eso estaba asustándome.

— ¿Qué hiciste, Ian?

— Bueno, si me llamas así solo lograrás que te besé y no te diga lo que tengo —dijo y yo rodé los ojos porque estaba medio asustada de lo que fuera que pudiera decir—. Perdón, pingvin —sonrió de lado, divertido—. Mira este.

Me tendió un sobre, lo agarré con un poco de desconfianza. Leí la cara del sobre, donde decía quién era el destinatario. Me quedé quieta, fruncí el ceño y volví a leer el nombre. ¿De verdad decía mi nombre?

Casualidad por robo [EN PAUSA]Where stories live. Discover now