Capítulo 18

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*Narra Nate*

No sabía que debía hacer, ni a quien llamar. Si algo me había quedado claro era que Abby no se iba a subir al coche y tampoco iba a dejar que me acercara a ella.

Llamé a una ambulancia y mientras esta venía traté de hablar con Abby. Pero era como si la chica que yo conocía no estuviera, estaba traumatizada. Se había vuelto loca.

Las luces azules iluminaron el camino de tierra y la ambulancia llegó. Unos médicos se bajaron y fueron a acercarse a Abby cuando ella les gritó.

—¿Qué ha pasado?—Preguntó la chica que se había bajado junto a otro médico.

—No lo sé—Le contesté.

Tuvieron que sedarla para conseguir que el médico se acercara hacía ella y subirla a la camilla.

—¿La vas a acompañar?—Me preguntó y asentí.

...

—¿Qué le has hecho a mi hija?—Dijo Liam entrando a la sala de espera. Me cogió por el cuello de la camisa y me estampó contra la pared.

—Hola a ti también—Le dije.

—Le advertí que no se acercara a ti—Dijo la madre de Abby, Daniela, mirándome.

—No le he hecho nada—Dijo y Liam me apretó más contra la pared.

—Más te vale niñato, porque como a mi hija le pase algo, el internaducho ese en el que estabas te va a parecer poco.

—Ejem—Un médico se aclaró la garganta al entrar por el umbral de la puerta.—¿Daniela y Liam Jhonson?

—Sí, somos nosotros—Dijo la madre de Abby acercándose al médico.

—Venid, tenemos que hablar—Dijo el médico y los padres de Abby desaparecieron.

Llevaba 6 horas en ese puto hospital y nadie quería decirme nada. "No eres familiar, no te podemos dar esa información" repetían las enfermeras.

Le metí un manotazo a la máquina del café para que me devolviera el dinero en vano.

—Nate—La voz de Daniela me hizo girarme.

—No me pienso ir hasta que la vea, por si no te ha quedado claro—Le dije y ella negó con la cabeza.

—Venía a decirte que Abby quiere hablar contigo—Dijo y algo en mi corazón se ablandó.

—¿Dónde está?—Pregunté.

—En la 303—Dijo Daniela y salí de la sala de espera—Nate—Me llamó

—¿Qué?—Le pregunté.

—Gracias—Dijo y asentí con la cabeza.

Los padres de Abby no me habían tratado bien. Llevaba horas en la sala de espera esperando aunque sea un está bien. Pero ellos solo se habían dirigido hacía mi para decirme que me fuera y que me matarían como le hubiera hecho algo a Abby. El gracias de su madre había significado para mi una tregua y con eso me servía.

Llegué a la habitación y Liam esperaba en la puerta.

—No la presiones—Me pidió y pasé a la habitación.

Abby me miró desde la cama cuando entré y trató de sentarse, pero la vía de su brazo izquierdo se lo interrumpió.

—¿Cómo estás?—Le pregunté, ella me dio una ligera sonrisa.

—He estado mejor—Me contestó. Tenía algunas vendas por los arañazos que ella se había provocado y otras que cubrían heridas anteriores.—Me duele la cabeza y creo que estoy un poco drogada.

Me senté a su lado y ella se separo un poco para interponer más espacio entre nosotros.

— Perdona—Le dije y me levanté. Ella agachó su cabeza y empezó a acariciar su brazo.—¿Qué pasó?—Le pregunté y levantó la vista con los ojos rojos. Iba a llorar.

—Es que...—Susurró—No pude hacer nada Nate—Un sollozo salió de su boca—No importó cuanto me esforzara, no importó nada

—Abby...

—Me violó y me dejó tirada en medio del bosque, como si fuera basura—Sollozó, no podía verla así.

Me acerqué a ella y la abracé. Se revolvió un poco entre mis brazos, pero finalmente me aceptó el abrazo y empezó a llorar en mi hombro.

...

*Narra Abby*

—No quiero ir a clase—Le dije a mi madre sentándome frente a ella en la isla de la cocina.

—Abby, llevas un mes casi sin salir de tu habitación, ni si quiera estás yendo a tus ensayos—Mamá rodeo la encimera y me rodeó el hombro—Sé que has pasado un infierno y sé que la persona que te hizo esto está en el instituto y por eso no quieres ir—Mamá acarició mi hombro—Pero tienes que seguir con tu vida, denunciar lo que te pasó y tratar de vivir.

Desde ese día me había aislado por completo, no había visto a Landon, Travis ni Sally desde hacía semanas. Si se pasaban por casa, mamá les decía que estaba en casa de mis abuelos o cuando estaba sola ni si quiera contestaba. Me daba tanto miedo salir a la calle que hasta mi psicóloga ha tenido que venir a casa para las sesiones.

No había contado lo de Dan, a nadie. Mis padres y Nate sabían que habían abusado de mi, pero no quien. Supuse que al menos así sería más fácil para mi. Ya bastante había tenido de que hablar la prensa cuando lo de Jaden, como para que ahora pasara esto. Me hundiría para siempre. Y para ser sinceros, tampoco me veía capaz de contar lo que pasó. Que coño, ni si quiera era capaz de dormir sin tener pesadillas desde que ocurrió.

—¿Qué les voy a decir?—Le pregunté a mamá—Llevo semanas evitando a mis amigos y ahora vuelvo como si nada. Ellos tienen derecho a una explicación.

—Si son tus amigos estarán ahí apoyándote, aunque no sepan que te pasa—Dijo mamá—Además Nate estará contigo, cuidará de ti.

Ah si, también eso. Mis padres habían desarrollado un cierto apego al mayor de los hermanos Jones desde que se enteraron de lo que ocurrió. No voy a decir que eso me disgusta, pero a veces se volvía tan pesado.

—Iré a clase—Le contesté—Pero no te prometo que entre a todas las horas.

—Con que salgas de casa aunque sea diez minutos me daré por satisfecha—Contestó y me dio un beso en la mejilla.—Sal ya, Nate se va a cansar de esperar.

—Hasta luego—Le di un beso en la mejilla y caminé hacía la puerta. Una vez allí me detuve.

¿De verdad quería volver a mi vida?

Sí, quería.

Abrí la puerta y Nate me esperaba sentado en el banco que estaba frente a esta. 

—Buenos días—Dijo a modo de saludo.

—Hola—Lo saludé.

—¿Vamos?—Me preguntó tendiéndome la mano.

—Vamos—Le contesté cogiéndole la mano y caminando a su lado.

...

Ig:_lina.sunn_

Si todo lo que soñáramos fuera realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora