Prioridades.

126 6 0
                                    

Las prioridades de la vida cambian a lo largo de la estadía en la tierra de un ser humano.

En los primeros años ver a mamá es el foco de la atención, verla sonreír, que esté en todo momento con nosotros o incluso solo sentir su aroma, todas las madres tenían un olor característico y no me cabe la menor duda.

Al ir creciendo tenemos otras prioridades como jugar y leer cuentos maravillosos que nos dejen volando la imaginación.

Las prioridades en mi vida han cambiado a lo largo de los años, meses atrás cuando Adonis regresó a mi vida se encontró con una Angel diferente.

Trabajaba de lunes a domingo matando por doquier a quien Vladimir me ordenara, tenía sexo con algún hombre que me atrajera los viernes para desestresarme y luego quedarme sola en mi casa pensando en todo.

La llegada de Adonis lo cambió todo, dejé de matar a sangre fría a tantas personas, más bien solo lo hacía cuando era necesario, había mandado a Vladimir al diablo apenas pude y pasaron un sinfín de cosas que ahora, sentada en un avión, de regreso a Medellín con Adonis a mi lado, tenía tiempo de pensar.

Me sentía sana en medio del dolor, antes de reencontrarme con él tenía una pésima alimentación y los peores hábitos del sueño, con constancia tenía insomnio así que prefería salir a trabajar que quedarme en casa, lo cual me parecía innecesario pero ahora me daba cuenta de lo importante que era el descanso.

Le agradecía por cada vez que me había insistido que comiera para permanecer sana y las veces que me ayudaba a conciliar el sueño, tener un cuerpo sano cuando pierdes a la razón de tu vida, ayuda muchísimo.

Los Montblanc, desde la muerte de Julia asistían a un psicólogo para sanarse desde dentro y poder continuar sus vidas, accedí a acompañarlos ya que Romeo, Adonis y yo teníamos algo en común: muerte de un hermano.

Aunque al inicio no estaba muy convencida, poco a poco fui viendo el cambio cuando relatar una y mil veces lo sucedido con Angelo me ayudó a sanar, admito que al inicio lloré mares durante cada consulta de tal forma que tenía que detenerme para hacer ejercicios de respiración antes de que vomitara por el llanto.

El terapeuta me dijo en algún momento que el tiempo no cura, lo que realmente cura es en lo que usas el tiempo. Nunca encontré tanta razón en una frase.

Pensar en todo ya habiendo sanado tanto de forma física como emocional, me hacía tener un sentir diferente y solo tenía una cosa clara.

Adonis Montblanc, es el amor de mi vida.

Como mencioné estábamos en un avión de regreso a Colombia, que tras un mes y medio de estar en Italia, decidí tomar ya que sentía que no podía dejar abandonado mi trabajo y gracias a la ayuda del psicólogo de los Montblanc, me había ayudado a hacer mi duelo mucho más llevadero y me sentía con más ánimos de continuar mi vida para que Angelo, donde quiera que estuviera, se sintiera orgulloso de que su heroína sigue estando en pie solo por él y por mamá. La yo de antes no entendería cómo podía estar pensando en "sanar" pudiendo estar haciendo millones de dólares.

Volteé a ver al dios griego para observar que había se soltaba el cabello para organizárselo de nuevo para quedar bien peinado, como le gustaba, deslicé mi mano por su nuca acariciándolo.

—Me gustas más con el pelo suelto — mencioné cerca de su oído sin dejar de acariciarlo a lo que lo sentí erizarse.

—Lo usaré suelto cuando nos casemos, futura esposa — contestó volteando a verme a los ojos a lo que sonreí rodando los ojos.

Si antes usaba con constancia ese apodo, ahora que habíamos vivido como pareja por tanto tiempo lo hacía diario y cada vez con más certeza. Lo cual poco a poco dejaba de espantarme, habíamos compartido un techo y en ningún momento quise ahorcarlo por desordenado o por cualquier cosa que fuera compleja de sobrellevar en un ambiente de convivencia diaria. Al contrario, el que se desesperaba era él ya que, se acostumbró por su hermana a preocuparse por la buena alimentación de las personas y por mi crisis no quise comer por días, así que más de una vez se sentaba a abrazarme por horas mientras yo le aseguraba que estaría bien.

Crímenes de verano.Where stories live. Discover now