chemical love ♡ sherlock holmes ❜ ✔️

chapter three

✶ 🧪 ⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO TRES˚.*ೃ
accidentes y rostros nuevos

SKYLER SE ENCONTRABA sentada frente al mostrador de la farmacia con un cuaderno frente a ella y ningún cliente alrededor. Eran exactamente las diez de la mañana y absolutamente nadie estaba comprando. De hecho, hasta se atrevía a decir que una planta rodante pasaba por el lugar de lo solitario que era.

La castaña no sabía si aquello le gustaba o le frustraba. Meh, de todos modos le pagarían igual, así que tratando de despejar ese extraño sentimiento que la soledad de generaba, comenzó a dibujar, creyendo que así él tiempo pasaría más rápido. No era la primera vez que hacía esto, no. Siempre que iba a trabajar procuraba llevar una libreta, lápices, notitas adhesivas, libros, ya que no importaba si el día estaba soleado o nublado, frío o caluroso, parecía que la clientela había desaparecido y debía divertirse como fuera para no morir de aburrimiento.

De todos modos, las distracciones siempre eran buenas.

Después de media hora de dibujos de palito que dejaron bastante conforme a Sky ya que sus habilidades para dicho arte no eran las mejores, entró una anciana con una receta médica. ¡Sí, clientes!

La farmacéutica no podía estar más feliz. Quiero decir, ya se estaba muriendo de aburrimiento y por primera vez en tres horas iba a hablar con alguien.

Salió de su mostrador con una gran sonrisa en el rostro y, ajustando su cabello en una coleta desordenada, se acercó a la mujer, preguntándole qué necesitaba. Después de que ella le diera su receta, Skyler se dirigió hacia dónde estaban todos los medicamentos, sacó el que la señora necesitaba, lo guardó en una bolsillo de papel, la clienta pagó, le pasó su boleta y su producto, y en menos de 6 minutos la anciana se estaba retirando muy agradecida del local, diciendo que recomendaría la farmacia debido a su excelente atención.

La sonrisa de Sky no se borró por un largo tiempo. Amaba interactuar con ancianos. Ella era una fiel creyente de que merecían toda la apreciación del mundo, ya que siempre tenían una historia genial que contar o alguna palabra sabia.

Volviendo al mostrador y levantando el cuaderno para apreciar mejor su dibujo, la puerta de la farmacia se abrió, sorprendiendo a la castaña porque rara vez tenía dos clientes seguidos. Era extraño.

Bajando su libreta para poder ver mejor, aquella sonrisa brillante que había cubierto su rostro decayó un poco cuando vio que no era nada más ni nada menos que Rory McLean, su novio. No es que no quisiera al escocés, de hecho le tenía mucho estima.

No, estima y amor tal vez no era lo mismo...

De todos modos, Sky creía que las cosas con su pareja estaban muriendo lenta y dolorosamente, pues ya no se veían con frecuencia, habían dejado de vivir juntos hace casi un año con la excusa de "creo que cada uno merece tener su espacio por un tiempo". Aquel tiempo debía durar más o menos dos semanas, pero ahí seguían. Tal vez seguían juntos más por costumbre que por cariño, lo cual sonaba bastante lógico para ella.