chemical love ♡ sherlock holmes ❜ ✔️

chapter thirteen

✶ 🧪 ⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO TRECE˚.*ೃ
traidor

SKYLER SE ENCONTRABA, al igual que todos los días, sentada detrás del mostrador de la farmacia atendiendo a una clienta problemática. No era del tipo agresivo, pero ya la tenía agotada.

—Señora, entienda, yo no puedo recetarle medicamentos —explicó la castaña por enésima vez—, eso debe hacerlo un médico. Si usted quiere el medicamento, debe traerme la receta médica. Es ilegal llegar y darlos, ¿Comprende que me puede meter en problemas?

—Pero... —y así comenzó una vez más el señorón de aquella mujer, haciendo que Sky pudiera los ojos en blanco por un segundo, antes de que una falsa sonrisa se grabara en sus labios.

Era uno de esos días donde la clientela parecía haber amanecido más dura de cabeza de lo normal y, por más que le explicara a la mujer que no le podía suministrar medicamentos solo porque sí, no entendía. Era en esos momentos donde Skylar agradecía su paciencia de oro. Sin duda eso era una de sus mayores virtudes, eso y su inherente amabilidad, pero habían situaciones (como la de ese preciso momento) en las que aquellos tam notables atributos querían fallar. A pesar de, su sonrisa jovial no desapareció de su rostro y, sin dejar que su tono de voz fallara, explicó una vez más que ella no estaba en la facultad de recetar medicamentos.

Su discurso fue interrumpido por una alta figura que había entrado a la farmacia. Sky siempre pensó que sería más útil colocar una campanilla en la puerta, porque la gran mayoría de las veces esas sombras y figuras la asustaban al aparecer de la nada.

—¿Entendió? —inquirió la castaña, volviendo a poner su atención en la clienta y, esperando de todo corazón que comprendiera su explicación.

—¿Sabe? —el ceño de la mujer se frunció y fue en ese momento que Sky supo que no había entendido nada—. Usted no sirve para nada. Iré a otra farmacia y consultaré, ¡Mediocre! —espetó y Byrne podía ver cómo salía humo de su cabeza.

Sky abrió la boca realmente sorprendida, sin poder creer lo que había escuchado.

—Mediocre... Eso es nuevo —dijo para sí misma, pasando sus manos por su cabello frustrada. Decidió cerrar los ojos y suspirar, llamando a la calma mientras sonreía una vez más—. ¿Puedo ayudarle? —ella volvió a abrir los ojos, llevándose una agradable sorpresa al ver el rostro del hombre que yacía parado estoico frente a su persona—. Pensé que tu experimento lo harías ese mismo día, no una semana después —rio.

—Al parecer pedirle al resto que compre cosas por ti puede sonar como aprovechamiento —murmuró Sherlock Holmes y por primera vez desde que entró miró a la mujer, sin moverse de su posición inicial.

—¿Qué pensabas hacer con el bicarbonato? —preguntó la farmacéutica, apoyando los codos en el mostrador e inclinándose un poco.

—Experimentos para niños —respondió con un tono casi inaudible, como si le fuera incómodo o hasta repulsivo estar frente a ella; De todos modos, Skyler lo escuchó, elevando sus cejas con sorpresa