chapter eleven

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🧪 ˚ CAPÍTULO ONCE˚.*ೃ
una sonrisa

AQUEL DÍA LOS seguidores de Jessie Byrne quedaron absolutamente sorprendidos al ver el rostro de su hermana, Skyler, pero en especial cierto médico y detective que no dejaban de mirar las pantallas de sus celulares

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AQUEL DÍA LOS seguidores de Jessie Byrne quedaron absolutamente sorprendidos al ver el rostro de su hermana, Skyler, pero en especial cierto médico y detective que no dejaban de mirar las pantallas de sus celulares. La razón no era su belleza o hermosas facciones, sino porque todo este tiempo habían estado interactuando con aquella dulce farmacéutica que había quedado granada en sus memorias.

Todo todos los días te encuentras con una mujer tan desinteresada en ayudar a un hombre de carácter complicado y, aunque la gran mayoría de la población cuando conocía al detective consultor terminaba maravillado o con un ojo temblando de la ira, ella era diferente. Su dulzura y paciencia eran suficientes para hacer que se ganara el respeto de John Watson, así como la atención de Sherlock, quien por más que negara su desinterés en la farmacéutica, en el fondo tenía algo que la hacía llamativa, aunque eso jamás no diría.

—Estás sonriendo otra vez —se burló Watson en dirección a su amigo, quien parecía no poder dejar de mirar el teléfono.

Ambos se encontraban sentados en la mítica sala de Baker Street, con la diferencia de que, en comparación a sus tiempos mozos, ahora no eran eran jóvenes ni estaban solos, sino que Mary estaba por ahí vagando y Rosie durmiendo en el carrito ubicado al lado de su padre.

Él rizado lo miró de reojo, negando irritado cuando vio su mirada sugerente.

—No creí que se me tenía prohibido hacer eso —respondió.

—¿Estás viendo la foto de Skyler otra vez? —esta vez fue Mary Watson la que habló, apareciendo desde la cocina con una sonrisa y un vaso de agua.

—¿Ustedes dos qué hacen aquí? —inquirió el detective un tanto molesto—, ¿No tienen una casa, de casualidad?

—Sí, tenemos una casa, pero queríamos venir a verte —John se encogió de hombros con simpleza, comenzando a mover el carrito que tenía al lado, donde su preciosa hija dormía plácidamente.

—Exacto —Mary bebió su agua, sin dejar de mirar entretenida al irritado detective.

Sherlock puso los ojos en blanco, decidiendo ignorarlos (cosa que se le daba bastante bien cuando quería) y, volviendo sus ojos a la pantalla de su celular, retomó lo que estaba haciendo: Ver la fotografía de Skyler Byrne, la farmacéutica. El hombre no podía negar que era bien parecida y, aunque no la encontraba brillante, tenía cierta chispa intelectual de la que carecía la gran mayoría de la población a sus ojos. Llevaban hablando por redes sociales por más de un mes y ella siempre hacía ese tipo de comentarios molestos, mas verídicos que siempre lo hacían sentirse alerta o compartía publicaciones científicas realmente interesantes, intrigándolo.

De pronto el rizado parpadeó y volvió en sí, dándose cuenta de que estaba con las comisuras de los labios levantadas y que sus amigos lo miraban con sonrisas divertidas bastante sospechosas. Sherlock comenzó a sentirse incómodo; Le gustaba la atención, pero no de ese tipo, no cuando no comprendía el porqué tenían sus ojos sobre él.

Tragó en seco, murmurando un breve "disculpen" antes de ponerse de pie y caminar con rapidez al baño. Guardó el celular en el bolsillo mientras cerraba la puerta, procediendo a lavarse la cara con abundante agua para quitar aquel sudor frío que comenzaba a sentir. Necesitaba despejar su mente de cualquier pensamiento, aunque era complicado, su mente se movía con tan velocidad que entremedio de las imágenes de casos que pasaban por su palacio mental, de vez en cuando aparecía cierta mujer castaña de la que todo el mundo parecía hablar últimamente.

Cerrando la llave, apoyó sus manos sobre el lavabo, respirando hondo. Listo, su mente estaba despejada y todo lo irrelevante se había borrado de ahí, absolutamente todo.

Su celular vibró, desconcentrándolo y, al sacarlo, aquello que había borrado por completo volvió.

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Sherlock Holmes sonrió sin notarlo y levantó la vista, sintiendo que su rostro entero palidecía al enfocarse exclusivamente en sus orbes.

Tenía las pupilas ligeramente dilatadas.

No, eso debía ser mentira. Parpadeó y volvió a parpadear, encontrando siempre el mismo resultado. Para cuando se dio cuenta, algo en su pecho chocaba contra su caja torácica como si quisiera escapar, haciendo que pusiera su mano libre sobre el pecho y comprobara que, de hecho, aquella misteriosa sensación era solo su corazón acelerado a decir basta.

El sociópata (que no era tan sociópata como creía), comenzó a desesperarse un poco, sin comprender el porqué de las inusuales reacciones de su cuerpo. No podía tener las pupilas dilatadas, mucho menos el corazón acelerado; Era ilógico, estúpido, tan estúpido como decir que Anderson era una mente brillante. ¡Era estúpido! Pero mas estúpido era creer que el verdadero responsable de su reacción era cierta mujer que solo había visto una vez.

El hombre volvió a guardar su celular y lavar su rostro estoico, comenzando sin querer la más grande etapa de negación vista por el ser humano.

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𖤐 ˚.         ❱❱❱ AUTHOR'S NOTE

este es un capítulo cortito, pero bastante revelador *música de tensión*

este es un capítulo cortito, pero bastante revelador *música de tensión*

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chemical love ♡ sherlock holmes ❜ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora