Redención

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Nuestros protagonistas estaban en la casa de van Reichnott, aquel noble que en un futuro ayudaría a nuestro héroe y en el cual Mein esperaba encontrar ayuda para su plan.

— lo que pide es francamente demasiado — era su respuesta — que mi gente ataque a un noble es algo que podría en juego sus vidas algo que no es de mi agrado.

— lo se pero puedo asegurarle que no habrá represalias y es el único con una población demihumana que no es esclava — fue la respuesta de Mein— además como dije ellos estarán protegido por los compañeros del héroe del escudo.

— ¿usted esta de acuerdo con este plan héroe?

— No

— vamos Naofumi se supone que ayudes.

— señorita incluso así es un riesgo en el cual no quiero involucrar a mi gente.

Mein suspiro esperaba que esto fuera fácil pero ya con dos horas hablando la conversación no avanzaba.

— si me permite. Se que lo que dice Mein es muy peligroso pero yo como compañera del Naofumi puedo asegurarle que su gente estará a salvo. Si soy sincera me gustaría poder castigar a aquél responsable de la muerte de mi amiga.

Se quedo en silencio el no quería aceptar a sabiendas de que el plan era ideado por Malty y bien podía ser una trampa pues el sabia que su población no era bien vista ni por su vecino Rabier ni el rey, que si tenia esta aldea en paz era por la reina, pero el plan parecía decente y genuino. La demihumana decidida y en lo personal el también quería que arrestaran Rabier.

— Esta bien reuniré unos pocos pero si algo les sucede tendrán que hacerse responsable.

Así el plan de Mein se puso en marcha esa misma noche. 

Mientras Rabier estaba en sus aposentos disfrutando de sus ganancias fue interrumpido.
— Señor los aldeanos de sir Reichinott estan en la puerta norte de la ciudad y exigen la liberación de los esclavos.
— como se atreven esos animales sarnosos capturarlos!

En las puertas de la ciudad los soldados abrieron la gran puerta en la muralla para cumplir con su orden pero cuando lo intetaron fueron arrojas por un hechizo de viento.
Se trataba de Filo montada por Kiel quienes se encargarian de proteger a los aldeanos.
Mientras en la puerta sur nuestro trio se encontraba escalando la murralla aprovechando la distracción.

— aun no entiendo por qué solo no lo arrestas y ya seguro no es nada que no hicieras antes — era lo que decia el pelinegro de Naofumi.
— si pero queremos algo que lo relacione con la iglesia algun nombre o algo.
— simplemente encierrenlos a todos seguro que todos estan igual de podridos como tu.
Mein suspiro durante todo el viaje Naofumi a demostrado el desagrado a su persona y que aunque quisiera no se sentía con derecho a objetar.

Raptalia por su lado veia esto de manera curiosa pues aun que Naofumi parecía no notarlo ella si notaba el aparente intento de acercamiento por parte de la pelirroja.

Esto le causaba un poco de conflicto pues si bien no la odiaba lo que hizo con su amo la molestaba mucho aun así todo el tiempo que a convivido con ella no parecía una mala persona. 
Si bien esto podía ser una actuación por parte de esta Raptalia no lograba ver indicios de eso.

Su amo no estaba mejor que ella en ese aspecto siendo que ahora estaba incluso más molesto por tenerla cerca ante la incapacidad de descifrar sus malignos planes o la posibilidad de que dijera la verdad y todo lo hizo para desenmascarar a esa iglesia.

Una vez se filtraron en la ciudad se movieron a través de las sombras en dirección a la mansión.

Dos guardias custodiaban la entra principal pero no fueron muy difíciles de derribar ante la raccon que en un solo movimiento rápido y certero de su espada envainada los noqueo.

¡¡Me converti en Mein!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora